Vamos a hacer un repaso de los 10 modelos de negocio online que puedes llevar a cabo a día de hoy. La mayor ventaja que tienen sobre un modelo de negocio tradicional es que, por norma general, la inversión inicial que necesitan es mucho más pequeña.
Eso no quiere decir que no haya que invertir tiempo, conocimientos o algo de dinero en montar cada uno de los negocios que vamos a comentar, pero sí que los hace más sencillos que los tradicionales. Además, una vez montado uno, suele ser relativamente fácil montar más.
En este artículo encontrarás la descripción de todos los tipos que creo que existen, así como una serie de ideas de negocio online. Conforme vaya profundizando en cada uno de ellos, iré dejando enlaces a los monográficos de cada tipo.
1. ¿A qué llamo negocio digital?
Un negocio digital o negocio online pueden ser dos cosas. La primera sería un negocio sin presencia física (al estilo de esta web, por ejemplo), sin componentes tangibles u offline. La segunda, sería la versión digital de un negocio tradicional.
O lo que se conoce últimamente como la digitalización de un negocio.

En algunos casos esa digitalización pasa por una página de aterrizaje con una zona de contacto, la exposición de los productos o servicios físicos o en una reconversión total del modelo de negocio tradicional. Lo que está claro, es que para que una página web pueda considerarse un negocio online tiene que cumplir con una única norma: generar beneficios directos a partir de su presencia online.
De ahí la palabra negocio.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
2. Modelos de negocio online
Cuando empecé a elaborar esta lista, incluí en ella todos los tipos de negocios digitales que conozco. Sin embargo, no tardé en darme cuenta de que la lista exacta es enorme. Así que lo que hice fue agruparlos por temáticas, por modelos.
Dentro de cada uno de ellos, además de una explicación de qué son, incluiré ejemplos concretos e ideas para que puedas hacerte una mejor composición de qué es y, sobre todo, de cómo podrías tú montar uno. Porque lo más difícil es encontrar una idea y evaluarla como factible.
Por último, casi cualquiera de los tipos que vamos a explicar tienen su versión recurrente. Al estilo de los modelos por suscripción, con un poco de conocimientos, marketing y una buena estrategia de negocio detrás, podemos conseguir unos ingresos recurrentes.
2.1. Venta de productos
El negocio digital menos digital de todos sería trasladar la venta física al comercio electrónico. Un ecommerce que emule a las tiendas tradicionales.
En este caso, tenemos la gran ventaja de que no necesitamos un escaparate físico para mostrar nuestros productos. De hecho, como veremos un poco más abajo, en ocasiones ni siquiera necesitaremos almacenar y gestionar nuestro stock o realizar los envíos.

Además, existen tipos de negocio con venta online recurrentes. Es decir, que tienen mucha menos variabilidad en sus ingresos y, por tanto, son más atractivos de cara a la cuenta de resultados mensual.
Un ejemplo de venta física recurrente serían los discovery marketing, en los que el usuario paga por recibir cada mes novedades, curiosidades o cualquier tipo de productos de su interés. Desde tés o cervezas hasta kits con figuras coleccionables.
2.2. Venta de infoproductos
Aunque no me gusta separar los productos digitales de la venta de productos, la realidad es que en internet ha proliferado mucho el término infoproducto. Es posible que te hayan hablado de la venta de infoproductos o que hayas oído que son rentables.
Pues bien, un infoproducto no es más que un producto digital. La filosofía que hay detrás es la misma: crear algo que quieran/necesiten tus usuarios y vendérselo.
La gran diferencia es que un infoproducto es mucho más escalable que un producto físico. No ocupa espacio, no tienes gastos de distribución, ni problemas de abastecimiento. Una vez creado el infoproducto, puedes sentarte a ver llegar el dinero.
Bueno, una vez creado el infoproducto, la web, posicionadas las páginas y artículos que necesites… Y todas esas cosas que hacen falta para tener un modelo de negocio en internet que sea viable.
¿Qué puede ser ese infoproducto? Desde un libro electrónico, pasando por plantillas o descargables para otros programas, utilidades, guías… Pero también vídeos, artículos o podcasts de pago…
Parte de mis ingresos llegan de infoproductos puros, pero a día de hoy es una cantidad prácticamente residual, un 2% de mis ingresos este último año. Lógico, porque no es mi modelo de negocio principal.
Las opciones son infinitas. De hecho, los infoproductos también suelen abarcar…
2.3. Venta de formación online
Un tipo muy concreto de infoproducto es aquel relativo a la formación de la persona que lo compra. A mí me gusta separarlo en un punto diferente, porque el enfoque de una academia o un curso formativo cambia con respecto a la venta de un producto de uso único.
Gracias a plataformas como Vimeo, YouTube o tu propio servidor, es muy fácil subir vídeos formativos de lo que quieras. Y digo vídeo, porque este suele ser el formato preferido para la formación online.
Aquí las posibilidades son infinitas y dependen enteramente de tus conocimientos y capacidades para transmitir información. Yo tengo varias academias formativas (esta web fue una de ellas) y suelo aplicar dos modelos diferentes.
El primero es un modelo de venta puntual, al estilo de un infoproducto clásico. Vendo cursos especializados en webs especializadas por un precio fijo (por ejemplo estos cursos).
El segundo es una plataforma de cursos accesibles con una cuota mensual. Como decía, davidolier.com fue una academia de este tipo que cerré por falta de tiempo para alimentarla con nuevos cursos. Porque la desventaja de las plataformas de cursos es esa: hay que trabajarlas mes tras mes.
Sin embargo, también se pueden vender otros tipos de formación menos automatizada y más personal: mentorías, clases en directo…
Este tipo de ventas son las terceras que más dinero me dan cada mes, un 24% de mis ingresos de este último año. A día de hoy, por cierto, son todo beneficios. El coste asociado al tiempo que dediqué a grabar los vídeos ya está más que amortizado.
Hasta que monte mi siguiente curso.
2.4. Venta de servicios
Otra de las cosas que muy fácilmente podemos ofertar en internet son nuestros servicios. Al igual que podemos montar una web para vender nuestros libros, nuestros productos o nuestros cursos, también podemos hacerlo para vender nuestras habilidades.
Desde servicios tradicionales (contratar electricistas, peluqueros, fisioterapeutas…), hasta servicios más digitales (asesoría fiscal, diseño gráfico…). En esta web que estás viendo yo promociono y vendo toda la gama de servicios técnicos que ofrezco: diseño web, solución de problemas técnicos, consultoría SEO… Incluso formación especializada para empresas y profesionales (presencial u online).
El límite lo pones tú. La parte técnica puede ser tan sencilla como un formulario de contacto, o tan complicada como un ecommerce con restricción de acceso, pagos recurrentes…
Es este tipo de ventas lo que más dinero me da cada mes, en concreto un 35% de mis ingresos. Eso sí, también son las que más tiempo me llevan y cada año que pasa suponen un porcentaje menor del total. A razón de un 10% anual menos.
Cosas de que las ventas pasivas cada vez me funcionen mejor.
2.5. Venta de software
Para terminar con las ventas directas de conocimiento o productos propios, me gustaría destacar el software. ¿Por qué? Porque es uno de los modelos online que más funciona a día de hoy.
El problema, claro está, es que también necesitamos los conocimientos o la inversión necesaria para conseguir un producto vendible.
Plugins, programas, herramientas… Piensa en todos los programas, extensiones o aplicaciones por los que pagas o has pagado en el último año y verás el potencial que tiene este modelo.
Además, si consigues convertir tu software en un SAAS (Software As A Service), los ingresos se volverán recurrentes. ¿Un ejemplo de SAAS? FacturaDirecta (software de facturación), Kraken.io (optimización y compresión de imágenes)…
2.6. Venta de productos de afiliación
Algo que muchos intentan como primer acercamiento a los negocios online son las webs de afiliación. Sobre ellas he hablado ya largo y tendido, centrándome en Amazon.
Aunque hay muchos más programas de afiliación: WebGains, Awin, ShareASale… Además de programas específicos para softwares aún más específicos.
En este tipo de negocios construyes una (o varias) web y la alimentas con mucho contenido relacionado con los productos que venden otras personas. Tú solo los recomiendas y son otros los que se encargan de procesar el pedido, el pago, el envío…
Son, como decía, el paradigma de negocio online para muchos. Culpa de unos pocos, por cierto, que lo venden como si fuera la panacea. Una panacea que no es tal, ya que requiere de un esfuerzo, unos conocimientos y una habilidad que no está realmente al alcance de todos.
Para mí suponen la tercera fuente de ingresos con un 32% de las ventas del último año. Te cuento cómo lo hago, enfocado a la parte de Amazon, en este curso:

2.7. Venta de espacios publicitarios
En paralelo con el anterior, existen páginas webs que monetizan su actividad a base de aumentar su volumen de visitas. Cuando este volumen alcanza cierto umbral (variable totalmente por sector y profesional), llega el momento de sacarle dinero.
¿Cómo?
La versión más conocida es utilizar AdSense para vender algunos de los espacios de tu web. Huecos en los que Google colocará anuncios por ti. Tus ingresos llegarán por número de visualizaciones, clics o cualquier otro medio por el que suelen pagar estos proveedores de anuncios.
Otro de los proveedores más conocidos es The Moneytizer, pero existen muchísimos más.
De hecho, existe una opción que es más lucrativa que subcontratar a alguien para poner los anuncios y es negociar tú mismo directamente con los anunciantes. Así puedes venderles espacios concretos de tus mejores webs a un buen precio para que anuncien sus productos contigo.
¿La pega de este tipo de monetizaciones? O bien tienes un sector que recibe mucha inversión publicitaria, o bien tienes una web con un volumen de visitas muy alto. Además, tus ingresos dependerán enteramente del gasto que hagan otros en poner publicidad segmentada según el contenido de tu web.
La ventaja es que no necesitas ofrecer ni vender nada. Tan solo necesitas crear un contenido atractivo y que guste a tus lectores.
En mi caso, la publicidad supone un 7% del total facturado este año. Como te decía, me parece una forma demasiado variable de ganar dinero y, en ocasiones, falta de ética.
2.8. Marketplace o intermediación pura
Un tipo de negocio digital muy de moda desde siempre son los marketplaces. Este tipo de plataformas lo que hacen es aglutinar a un gran número de proveedores para que los usuarios (los clientes) tengan más fácil encontrar lo que buscan.
El ejemplo más conocido sería Amazon, con sus cientos de miles de productos y anunciantes y sus millones de usuarios. Sin embargo, no hace falta irse tan lejos.
Un comparador (de seguros, de compañías eléctricas, de telefonía…) también sería un marketplace. Cualquier negocio que haga de intermediario entre muchas empresas y los clientes finales sigue un modelo de negocio de este tipo.
De hecho, también se pueden vender comunidades. Bien sea de profesionales, bolsas de trabajo, citas… El objetivo de estos negocios es poner en contacto a vendedores con clientes.
Sus ingresos suelen venir por las participaciones que paguen los usuarios (en el caso de marketplaces cerrados), por comisiones que se lleven de los vendedores (comparadores o marketplaces abiertos), patrocinios cobrados o publicidad.
2.9. Dropshipping
El negocio que se puso de tan de moda y que no resulta ser la panacea que cuentan muchos vendehumos.
Dropshipping es un término que hace referencia a una intermediación encubierta. Es decir, es un sistema de negocio por el que tú, emprendedor, vendes el producto de un tercero, el fabricante, sin que el comprador note la diferencia. Tiene la gran ventaja de que no almacenas stock y no fabricas (eso lo hace el vendedor original), tan solo promocionas, publicitas y vendes.
Cuando la venta se efectúa (en tus sistemas), se notifica al vendedor original (se le paga o se descuenta de lo que ya has pagado) y se le mandan los datos de envío del comprador original. De esta forma, es el fabricante el que distribuye el producto por ti.
¿Ventajas? No hay stock, ni distribución.
¿Desventajas? Los márgenes suelen ser pequeños, sueles necesitar una inversión inicial considerable, necesitas un ecommerce funcional y te suele tocar gestionar devoluciones, incidencias y quejas con el producto.
Creo, sinceramente, que aunque hay casos de mucho éxito por ahí, el boom del dropshipping llegó de la mano de los gurús de turno que se hicieron ricos a costa de «enseñar» cómo montar estos sistemas. Si alguna vez monto uno (que no lo veo factible en mi futuro inmediato), os contaré mi experiencia.
2.10. Venta de páginas web
Para terminar, hablemos de un tipo de negocio poco conocido y muy rentable a corto plazo: la venta de páginas web.
Este tipo de negocio, normalmente, se basa en coger una página web, crearla (o comprarla), darle audiencia y hacer que funcione por sí sola para luego venderla al mejor postor. Repito: la web tiene que funcionar antes de venderla, bien sea porque genera ingresos, o bien porque tiene una buena analítica por detrás.
Por norma general, las webs se suelen vender por 20 ó 30 veces su valor mensual. Así, una web que genere 1.000€ al mes podría costar 30.000€ y una que genere 100€ solo 3.000€. Aunque, como todo en esta vida, el precio final dependerá de muchos más factores.
Es una buena forma de obtener mucho dinero en poco tiempo, sobre todo si lo vas a invertir en otro negocio más rentable. Yo, por mi parte, sigo sin aceptar ofertas por ninguna de mis webs. Prefiero ingresar todos los meses.
Como extra, aquí podríamos incluir la venta de dominios. Este negocio estuvo en auge hace ya unos cuantos años, pero un buen dominio, con un buen nombre atractivo para las marcas puede proporcionarte un buen dinero. ¿Cómo? Basta con que crees una página estática en ese dominio diciendo que está disponible para su compra o que lo incluyas en alguna de las plataformas de compra-venta de dominios que existen.
3. Un consejo esencial sobre negocios digitales
Como has visto, algunos de los modelos de negocio que te explicaba aquí arriba dependen de que terceras partes hagan su trabajo. Bien porque deben vender tu producto, porque tienen que mantener las comisiones que te pagan o bien porque dependes enteramente de tu posicionamiento en Google.
Hay un consejo que a mí me costó tiempo descubrir y que no mucha gente te da cuando empiezas en el mundo del emprendimiento por internet: diversifica tus fuentes de ingresos. O, como dice el refranero español, no pongas todos los huevos en la misma cesta.
A lo largo de los años he visto como sueldos basados en Google AdSense se iban a pique, webs basadas en afiliados de Amazon desaparecían en las profundidades de las SERP o webs de dropshipping que terminan costando más de lo que dan. Si Google decide cerrar tu cuenta o Amazon cambia los porcentajes de sus comisiones (cosa que, por cierto, puede suceder y sucede), tus negocios de afiliación y publicidad se van al garete.
Ya has visto que mis ingresos provienen principalmente de tres fuentes distintas (cinco, contando los pequeños porcentajes). De esta forma, si uno de ellos recibe un golpe y disminuye o desaparece, siempre tengo otras fuentes de ingresos de las que puedo tirar.
4. En conclusión
Internet es un mundo digital lleno de posibilidades reales de hacer dinero. Son muchos los modelos de negocio online que puedes seguir y, como decía al principio, lo bueno que tienen es que suelen costar poco dinero. Al necesitar de una inversión inicial tan pequeña, te permite crear uno de forma bastante sencilla o, teniendo ya uno que funcione, expandirte y crear uno nuevo.
Yo, como ves, he tocado casi todos los palos y, por qué no decirlo, me gano bien la vida con mis distintos negocios en internet. Eso sí, esto no es cosa de cuatro días.
Aunque la inversión económica sea pequeña, hace falta una estrategia clara, un buen análisis de posibilidades y competencia y mucho, mucho trabajo duro. Si esta conversación la hubiéramos tenido tú y yo hace cuatro años, no te pintaría el mundo de un color tan agradable. Pero llevo en esto desde 2014 y algo he aprendido por el camino.
Con tiempo y esfuerzo, formándote día a día, montar un negocio online de éxito es posible.