Cuando terminé la carrera tuve un problema muy serio.
Un problema que se agrandaba a más gente intentaba ayudarme a resolverlo.
Paradójico, ¿verdad?
Yo les decía: «no sé qué hacer con mi vida, ¿dónde trabaja un teleco?»; y ellos me respondían «donde quieras».
Según mis profesores y catedráticos, un ingeniero de telecomunicación es un solucionador de problemas.
¿De qué problemas?
De cualquier problema.
Vamos, que o no tenían ni puta idea de lo que me vendían, o resulta que me habían convertido en superhéroe de la noche a la mañana.
Spoiler: en realidad sí que sabían lo que decían, el problema era otro.
Así que, ¿sabes lo que hice para resolver mi frustración a corto plazo?
Entrar a trabajar en la universidad.
En un laboratorio de investigación, lleno de aparatos muy caros, tecnología puntera, fibra óptica y un montón de juguetes de los que no entendía la mitad.
Una oportunidad única (solo había un puesto y una beca como esas, la más alta que conozco) que me permitiría ajustar mi ritmo al de mi mujer, que estaba terminando de preparar el examen de acceso que tienen que hacer los médicos para ejercer (el famoso MIR).
¿Sabes qué hice durante dos años en ese laboratorio?
Yo tampoco.
Acabo de encontrar que hay 7 artículos científicos que llevan mi nombre como segundo autor, publicados en revistas y congresos de alto impacto y con títulos tan rimbombantes como:
«Self-heterodyne synchronous detection for SNR improvement and distributed Brillouin phase shift measurements in BOTDA sensors»
o…
«46-km-Long Raman Amplified Hybrid Double-Bus Network With Point and Distributed Brillouin Sensors»
Oye, que mientras escribo esto voy acordándome de qué iba aquella vaina.
Sé que hice modelos matemáticos para predecir lo que esos montajes y dispositivos caros iban a hacer, y a construir prototipos que luego comparar con los modelos.
Pero a lo que voy no es a toda esa matemática compleja y a las horas y días de alinear fibras ópticas con un microposicionador.
A lo que voy es a otra cosa más interesante.
¿De qué me han servido esos 2 años de trabajo, esos modelos matemáticos y esas 7 publicaciones científicas?
De nada, salvo de darme unos 18 meses de sueldo con los que emanciparme de mi familia.
Y la razón es la misma que el culpable de que no supiera qué hacer con mi vida.
El objetivo. Mi objetivo en la vida.
¿Sabes cuál era en realidad mi problema? Que yo miraba la vida pasar y me adaptaba a los cambios, no buscaba nada de forma proactiva, ni tenía un objetivo definido.
Por eso no saqué nada en claro de aquellos 2 años.
Por eso dejé que me mangoneasen durante 5 años en Accenture.
Por eso me costó 4 años más dar con la clave de ganar dinero que aplico hoy en día.
Ahora voy como un tiro.
¿Porque soy más listo que antes?
Hombre, te recuerdo que antes escribía artículos científicos que decían «detección síncrona autoheterodina» y «mediciones distribuidas de cambio de fase Brillouin» sin tartamudear.
¡Y sabiendo lo que significaba!
No, voy como un tiro porque sé lo que quiero conseguir: dinero para ser rico y vivir libre.
Y sé que si trabajo mis páginas web, llegaré a conseguirlo.
Es más, ya lo he conseguido, lo único que me falta es reorganizar cuánto dinero me trae a casa cada fuente.
No sé si te lo había dicho, pero mi objetivo para 2022 no es ganar más, es ganar más sano.
Más dinero de webs y menos de clientes.
¿De qué webs? De webs como las que te enseño a crear día a día en mi newsletter.
¿Qué newsletter?
Este newsletter
¿Cuánto dinero? El que tú quieras. Un par de cientos de euros para pagarte unas copas o unos caprichos.
Unos cientos más para tener un sobresueldo.
O miles y tener un sueldo entero.
¿De qué depende? De tu dedicación, de tus intereses, de tu capacidad de adaptación, de…
¿De la suerte?
No, de la suerte no. Este es un trabajo muy procedimentado: si haces y haces y haces, sabes que acabarás dando con la tecla del dinero.
¿Por qué NO puedes dejar comentarios?
Te seré sincero: porque no tengo tiempo para contestarlos.
Mi tiempo está dedicado a las personas que me han dado el permiso de escribirles un email todos los días para que sus proyectos digitales (profesionales o personales) lleguen más lejos, a más gente y con mejores resultados.
¿Quieres que hablemos?
Entonces apúntate a ese newsletter que envío cada día y pregúntame lo que quieras en el primer correo que te envíe: