Si es demasiado bueno, es que no es verdad.
O te están engañando.
O hay una trampa que no has sabido ver.
Esto es así, porque no hay otra verdad universal.
La vida es como la Teletienda.
Ya sabes, esos anuncios cutres, con actuaciones tan ridículas que te quedas a verlas de madrugada cuando llegas a casa con unas copas de más.
No me juzgues.
Te venden algo que es tan bueno que no podrías vivir sin ello. ¿Cómo has podido existir tantos años sin una batamanta, tu sartén cuadrada multifunción, tu Whisper XL o tu Pajilleitor 2000?
Sabes que no es verdad.
Pero aunque no lo sepas y piques, cuando te llegue ese accesorio de cocina irrompible, lo primero que verás es que ya está roto.
Pasa lo mismo con los que te prometen un éxito G A R A N T I Z A D O en dos suspiros.
Y a veces pasa lo mismo con gente que, de verdad, tiene un producto increíble.
Quiero apuntarme a una membresía bastante cara, pero que ofrece un valor muy potente. Un valor que, seguramente, me permita recuperar el gasto con rapidez.
Pagas X al mes, accedes al contenido de ese mes y te das de baja cuando quieras.
Sin permanencia.
¿Me puedo dar de baja?
Cuando quieras.
¿Sin permanencia?
Sin permanencia.
Qué bueno, oye.
Pago el mes que saquen algo que me interese de verdad, me doy de baja y ya volveré si sacan otra cosa que me interese.
Atiende, que viene el truco.
Si lees la letra pequeña (bueno, pequeña no, pero bien al final de una carta de ventas muy larga) te encuentras con lo siguiente:
«¿Si me doy de baja podré volver a apuntarme? NO, una vez te desapuntes, no podrás volver a darte de alta».
Y ahí, señoras y señores, es donde está el anzuelo que te entra por la garganta y se te clava bien hondo.
Normalmente ese mensaje lo descubres cuando intentas darte de baja. Bien sea un tajante NO PODRÁS VOLVER, o bien sea un CUANDO VUELVAS COSTARÁ EL DOBLE.
No seas así.
No claves anzuelos en tus usuarios, en tus lectores, ni en tus clientes.
Ponles las cosas fáciles y déjaselas claras desde el principio.
Así:
Tengo un newsletter en el que doy un consejo sobre emprendimiento digital cada día.
¿Por qué NO puedes dejar comentarios?
Te seré sincero: porque no tengo tiempo para contestarlos.
Mi tiempo está dedicado a las personas que me han dado el permiso de escribirles un email todos los días para que sus proyectos digitales (profesionales o personales) lleguen más lejos, a más gente y con mejores resultados.
¿Quieres que hablemos?
Entonces apúntate a ese newsletter que envío cada día y pregúntame lo que quieras en el primer correo que te envíe: