Veamos, ¿tú de cuál eres?
El primer tipo de persona se levanta por la mañana, hace sus cositas (desayuno, ducha, vestirse…) y se va a trabajar.
Cuando llega (sea en la habitación de al lado, o sea a 200km), se prepara un café, enciende el ordenador y mira el reloj.
«Genial», piensa.
«Ya solo quedan 7 horas y 52 minutos para que me vaya a casa».
Una vida un tanto triste.
Qué cojones, un tanto no, tristísima. Me recuerda a cuando yo miraba el reloj al bajarme del avión los lunes y pensaba «genial, solo faltan 90 horas para volver a casa a retomar mi vida».
Si cada día que pasa odias 8 horas, significa que odias el 23% de tu vida.
O peor, si descontamos 8 horas de sueño cada día, significa que odias el 36% de tu vida.
Ahí te lo dejo. Es un argumento tan fuerte que no creo que tenga que decirte nada más.
El segundo tipo de persona hace lo mismo por la mañana, pero casi seguro que después va a la habitación de al lado a trabajar.
O no, ahí quizá me he columpiado. Lo de ir a la habitación de al lado lo hago yo, pero no es lo habitual.
Mi mujer, que también es del segundo tipo de personas, tiene que coger el coche, conducir 15 minutos, aparcar, entrar en el hospital, un poquito de small talk y a la consulta (o al quirófano o donde toque).
Sin embargo la grande, enorme, monstruosa, descomunal diferencia es lo que pasa cuando mira el reloj.
«¡Joder! ¿Ya han pasado 4 horas?»
O en versión ginecóloga:
«¡Joder! ¿Ya he visto 30 pacientes?»
Mira, con esto no te digo que tengas que adorar tu trabajo. El trabajo, al fin y al cabo, es un medio para obtener un fin. Pero no es el fin en sí mismo.
Lo que sí quiero decirte es que si estás a disgusto con tu trabajo, si odias cada minuto que pasas en la oficina, tienes un serio problema.
Y encima es un problema cuantificable.
Es un problema que abarca entre un 23 y un 36% de tu vida, siendo generosos.
A poco que del 64% restante algo falle (salud, amistades, familia…), estamos ya en una situación de odiar más de la mitad de nuestra vida.
Por eso enseño lo que enseño cada día en este newsletter
Porque poco a poco, artículo a artículo, web a web, puedes hacer que ese 36% de mierda pase a ser un 33%, luego un 29%, un 25%…
Así puedes seguir hasta que te sientas cómodo. Tú pones el límite.
Y no te voy a engañar, también te enseño a hacerlo porque con cada curso que compras, yo me acerco más a ese 0%.
Lo que pasa es que yo me acerco el doble de rápido: porque además de vender cursos, hago webs de esas que enseño que me dan dinero.
Porque esto no va de afiliaciones, webs o Amazon. Esto va de ganar dinero de una forma que nos guste, que sea cómoda y que nos permita vivir bien.
¿Por qué NO puedes dejar comentarios?
Te seré sincero: porque no tengo tiempo para contestarlos.
Mi tiempo está dedicado a las personas que me han dado el permiso de escribirles un email todos los días para que sus proyectos digitales (profesionales o personales) lleguen más lejos, a más gente y con mejores resultados.
¿Quieres que hablemos?
Entonces apúntate a ese newsletter que envío cada día y pregúntame lo que quieras en el primer correo que te envíe: