Tenía escrito un post muy chulo sobre halcones, sol, energía limpia… Un artículo bizarro y extraño.
Y no te lo voy a enseñar por lo que me acaba de pasar.
Sé que me vas a odiar un rato, pero lo asumo.
Te cuento.
Llama al timbre una chica, diciendo que viene a traer un paquete para mi mujer.
Hasta aquí todo normal.
Pero resulta que ya en la puerta de la urbanización se pierde en su mundo y se le olvida empujar, por lo que no se abre.
Lo veo todo por el vídeoportero y me quedo a esperar que vuelva a llamar, para abrir otra vez. Y me enfado un poquito, sí.
En su lugar, un señor abre la puerta y ella pasa detrás.
Total, que la chica tarda y tarda.
En mi urbanización hay 10 bloques y, aunque está bien señalizado dónde está cada uno, doy por supuesto que no lo ha visto y está dando la vuelta entera (vivo en el último).
¡Por el amor de los dioses!
Luego me doy cuenta de que para abrir la puerta de mi portal hay que prestar atención, porque tarda en abrirse, y esta mujer no va a prestarla, por lo que me va a tocar bajar a abrir o esperar sus 3 ó 4 llamadas hasta que consiga atinar.
Me ha pasado, sé de lo que hablo.
Pienso que me está haciendo perder el tiempo.
Tengo trabajo a medias y esperar a que ella aprenda a encontrar un bloque, aprenda a llamar al timbre…
Así que me enfado de forma preventiva y bajo corriendo, para ahorrarme el mal rato de verla tartamudear en el portal.
¿Sabes qué pasa después?
Ella viene con una sonrisa de oreja a oreja, me trata con un cariño increíble y me da las gracias mil veces por haber bajado a ahorrarle tiempo.
Acaban de asignarle esta ruta y va agobiada con las entregas.
De enfadado paso a sonreír yo también, a pensar que esta repartidora es un amor y a odiarme un poco por haberme cagado en ella.
Esta mañana la misma chica ha vuelto a mi casa a entregarme otro paquete, jadeando por haber subido corriendo las escaleras y con otra sonrisa enorme llena de mucha, mucha amabilidad.
Y yo me siento imbécil por haberla odiado un poquito el día anterior.
Porque, por email, siempre doy una oportunidad a los que me escriben de malas formas o agresivos.
Porque no sabes lo que les ha podido pasar, cuál es su situación personal, ni por qué te escriben así.
El 99% de las veces no es algo personal contra ti (el 1% son haters y a esos hay que darles las gracias).
Por eso, cada vez que escribas un post, hagas una web, un artículo como este o hagas lo que hagas, trata de que los demás pasen un buen rato.
Seguro que su día ha sido difícil.
Si se lo haces un poco más divertido, quizá logres que compren esos artículos de afiliados de los que hablas, o naveguen por tu página durante un buen rato y vean más anuncios.
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