Parece una chorrada, pero la cualidad que comparten todas las personas que han triunfado que conozco es la misma: una gran confianza en sí mismos.
La batalla por el éxito, por una vida satisfactoria, empieza dentro de nosotros. Si no confiamos en lo que podemos hacer, en nuestras capacidades, es difícil llegar a donde queremos.
Eso no significa tener una visión distorsionada, irreal y Mr. Wonderfuliana de lo que eres o puedes hacer. Es mucho más humano y realista que todo eso.
Lo que no significa que sea fácil…
A mí me ha costado casi toda mi vida alcanzar el punto de confianza que quería, pero he encontrado una serie de estrategias que, aplicadas con constancia, funcionan:
Ver episodio en YouTube
Escuchar episodio
Cómo ser tu mejor fan
Durante casi toda mi vida he tenido muchos problemas para ver mi propio valor (como profesional y como persona). Y ese tipo de pensamientos te drenan poco a poco, te vacían de motivación, te dejan sin ganas de hacer nada y sintiéndote mal constantemente.
Porque nadie nos enseña a ser nuestros propios fans, a estar orgullosos de nosotros mismos, a ir a por más, a creernos capaces de ir a por más.
Hoy quiero contarte y enseñarte las 4 claves y 6 estrategias que llevo aplicando varios años y que te ayudarán a valorarte mejor y a tener más confianza en ti.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
¿Qué es lo que hace que una persona triunfe?
Si de algo me he dado cuenta desde que trato, estudio y conozco a gente que ha triunfado, es que la cualidad base que comparten todos es su confianza en ellos mismos.
Son personas que, además de otras cualidades, tienen una visión realista, positiva y profunda de sí mismos y confían en su capacidad para conseguir lo que se proponen.
Cuando alguien confía en sí mismo lo transmite hacia los demás y hacia su entorno. Cuando escuchas hablar o ves actuar a alguien que tiene esta cualidad, no puedes evitar sentir que es alguien que se come y se va a comer el mundo. Porque, en realidad, es lo que hacen.
La pregunta del millón aquí es: ¿cómo se llega a tener esa confianza en uno mismo?
Empecemos por partes
¿Qué significa valorarse a uno mismo?
La confianza en uno mismo es una actitud que permite sentir seguridad en las capacidades y el talento de uno mismo. No de una forma irreal, arrogante y pretenciosa, sino de forma realista.
No significa que puedas hacerlo todo, que creas que puedes hacerlo y aprenderlo todo, que solo con querer algo ya tienes derecho a poseerlo.
Significa saber que eres una persona capaz de resolver cualquier situación de la mejor forma posible y que siempre serás capaz de mejorar en la dirección a la que quieres llegar.
Y el valor hacia uno mismo empieza precisamente por ahí, por saber hacia dónde quieres ir.
¿Por qué es importante confiar en ti para tu propio bienestar?
Lo opuesto, la falta de confianza, es asumir que las cosas van a salir mal, que no merece la pena esforzarte por tus sueños, por tus objetivos o por tus metas, porque no vas a lograrlas. Te rendirás antes de empezar, te boicotearás para fallar o, como le pasa a la mayoría de la gente, ni siquiera te plantearás cuáles son esos sueños.
Y no lo digo porque lo haya leído en ningún libro (que lo he hecho), sino porque lo he vivido en mis propias carnes.
Tardé mucho en darme cuenta, pero vi que mi actitud al empezar cualquier proyecto era de fracaso anticipado. No va a ser bueno, porque yo no soy suficiente, no sé lo suficiente y los demás tienen más experiencia que yo.
Te contaba en el otro episodio sobre la autoexigencia y el perfeccionismo lo poco que tardo ahora en lanzar y triunfar con mis proyectos frente a todo lo que tardaba antes en siquiera fracasar.
Esta actitud de miedo y fracaso anticipado es fruto de una profunda falta de confianza en uno mismo. No me avergüenza decir que, hasta hace pocos años, no confiaba en mí y que he tenido que trabajar muy duro para conseguirlo.
Además, esto no solo es importante en tu vida laboral o social, es también importante para tu salud y tu vida personal. El cerebro, la percepción que tenemos de nuestras propias debilidades y fortalezas, es capaz de hacernos enfermar o de hacernos resistir la enfermedad.
Esto que voy a contarte es algo que no he contado nunca.
Desde pequeño he sido una persona enfermiza (no solo porque mi confianza en mis capacidades fuera pésima, sino porque me ponía siempre enfermo). Con 32 años, descubrimos que parte de la culpa la tenía una alergia alimentaria no detectada.
Lo que pasa es que, cuando solucionamos el problema, a pesar de que mi tiempo enfermo disminuyó notablemente, seguía siendo el típico padre que se cogía todos los virus que sus hijos traían de la guardería o el colegio, multiplicados por diez.
Sobre todo si eran gastroenteritis. Porque yo, me decía, soy una persona débil de intestino y enfermo con facilidad en esas cosas.
Hasta que empecé a trabajar mi desarrollo personal con más ahínco, a aumentar mis niveles de confianza y a creer en mí. A no asumir que me iba a poner enfermo solo porque siempre lo había hecho.
Podría contarte mil y un ejemplos de cómo ha funcionado, pero el más cercano lo tenemos hace poco unas semanas.
Estas Navidades, con la cantidad de gripes y virus respiratorios que han circulado por hospitales y colegios, con mi mujer viendo gripe tras gripe en el hospital (y enfermando), con mi hija enferma, mi hijo enfermo, mis padres, mis tíos…, me convertí en el único miembro de mi familia que NO ha caído enfermo.
¿Cómo se puede conseguir un nivel de confianza tan brutal, partiendo de una base tan mala?
Pasos / Estrategias para aumentar tu confianza
Esto que voy a contarte son los 4 pasos que necesitas seguir para construir y aumentar tu base de confianza interna.
En cada uno te contaré varias estrategias que ayudan a conseguirlo.
Paso 1: decide qué quieres alcanzar, qué tipo de persona quieres ser
Te lo decía al principio: la gente que triunfa confía en sí misma y camina siempre en la dirección de sus propias metas.
Tienes que entender que la confianza, como la felicidad, es una condición, algo que no puedes alcanzar por perseguirlo directamente. No por encerrarte en ti mismo repitiendo “soy feliz, soy feliz, soy feliz” vas a serlo, ni por repetirte constantemente “confío en mí” vas a confiar más en ti.
(De hecho, seguramente consigas lo contrario)
La confianza, como la felicidad, llegan como resultado de nuestro compromiso con actividades que tengan un propósito, NUESTRO propósito
Cuando trabajas por algo que deseas, para algo que quieres con todo tu fuero interno, en algo que sabes que puedes conseguir, tu confianza interna se dispara.
Siempre lo digo: para mí, empezar el día escribiendo un email a mis suscriptores, una historria cargada de diversión e inspiración, no es algo que haga solo por ellos.
Para gente que también quiere disfrutar de los lunes
Cada día envío un email con el objetivo de que tú y yo seamos capaces de disfrutar tanto del lunes por la mañana, como del viernes por la tarde.
Yo lo llamo Marca Personal y, además de disfrutar de los lunes, sirve para ganarse (muy bien) la vida.
Lo hago por mí, para arrancar el día trabajando cumpliendo una de mis metas y así empezar el día cargado de confianza en mí mismo. Si quieres, puedes unirte en y empezarás a recibirlos tú también
Ahora, tengo para ti 4 estrategias diferentes para encontrar y conseguir ese norte en tu brújula
1. Elimina el ruido y mira qué es lo que queda
Hay dos versiones de este ejercicio y una de ellas te la he contado en otros vídeos (la técnica del millón de dólares), que consiste en pensar en cómo sería tu vida, tus objetivos, tu trabajo, si eliminases el dinero de la ecuación, si fueras rico. ¿Por qué lucharías? ¿Qué te llenaría?
La segunda versión es un poco más macabra, pero igual de efectiva.
Imagínate en tu propio funeral, con tus amigos, familia y compañeros compartiendo historias sobre cómo eras, sobre quién eras, cómo viviste, cómo impactaste en sus vidas.
¿Cómo quieres que te recuerden entonces? ¿Qué tipo de persona quieres que quede en sus recuerdos? ¿Qué valores destacarán?
Hay quien lo llama “buscar el deseo del corazón”, la razón única para vivir o el propósito. El caso es que lo necesitas. Porque cuando caminas perdido por la vida, sin saber a dónde vas, es muy difícil que tengas un mínimo de confianza en ti.
Aunque, también te digo, no debe obsesionarte demasiado: ese “propósito único”, en realidad, son muchos propósitos diferentes encadenados en el tiempo. Porque todo evoluciona, y los propósitos también.
2. ¿A quién admiras?
Seguro que, a tu alrededor, entre conocidos, amigos, personalidades, personajes históricos o incluso personajes de ficción hay gente a la te gustaría parecerte.
Gente cuya vida tú también quieres vivir. Que cuando les ves o piensas en ellos dices «wow, yo también quiero ser así»
Pregúntate: ¿qué es lo que los convierte en ser quienes son? ¿Cuáles son sus valores, su forma de enfrentarse a los problemas, de vestir, de…?
Úsalo para construir una versión ideal de cómo te gustaría llegar a ser. Luego, en el paso 2, volveremos a utilizarlo.
3. ¿Cuáles son tus valores?
Cada vez que trabajo con mentorados, me encuentro con un problema recurrente.
Y es que se quejan de no conseguir ciertos resultados, mientras al mismo tiempo se quejan de los sacrificios que deberían hacer para conseguirlos.
Suele suceder porque no se han sentado a definir quiénes son y qué es lo más importante para ellos y, por tanto, se encuentran con conflictos que no saben resolver.
Por ejemplo: el empresario que quiere alcanzar ciertos niveles de éxito profesional, pero que luego se lamenta por haber perdido a su familia en el proceso.
O al contrario, ese padre o madre que se lamenta de no tener el éxito profesional que sueña, pero que no están dispuestos a sacrificar su tiempo en familia para conseguirlo.
Así que, repito la pregunta, ¿cómo ordenarías tus valores?
Familia, trabajo, salud, amigos, dinero, espiritualidad, integridad, constancia…
Ten en cuenta, cuando los ordenes, que el valor que pongas por encima de todos es aquel por el que quieres ser capaz de sacrificar todo lo demás.
Si pones el trabajo por encima de tu salud y tu familia, el cumpleaños de tu hijo no te impedirá acudir a un viaje, reunión o hacer horas extra y aunque tu cuerpo necesite descansar, no se lo darás si con eso vas a crecer más en tu trabajo.
Y si pones tu familia por encima, el trabajo nunca te debería impedir ir a un recital del colegio.
Una persona que cree en sí misma, que tiene una confianza ciega en lo que puede hacer y que es su mayor fan, sabe lo que quiere y sabe qué está dispuesto a dar para conseguirlo.
Paso 2: Convéncete de que PUEDES
Saber lo que quieres es el primer paso, creer en que puedes conseguirlo es el segundo.
Y aquí funcionan muy bien las técnicas de proyección y anticipación del resultado. El famoso fake it until you make it.
En el canal he hablado mucho del poder que tienen las palabras que usamos con nosotros mismos. Y es que tu “voz” es la que escuchas el 90% del tiempo. Eres tú el que se cuestiona, se critica…, constantemente o el que se anima y se apoya constantemente.
Cambiar tu discurso interno, la forma en la que te proyectas, tiene mucho poder sobre el resultado.
Para esto sirven muy bien:
1. Visualiza tu propio éxito
Cada vez que emprendes algo nuevo, que te levantas por la mañana o que entras en una reunión, tú mismo predices cuál será el resultado.
Si en el pasado te ha costado enfrentarte a esas situaciones, seguramente te digas a ti mismo que «no se te da bien» o que «tú eres un tipo que no sabe llevar reuniones». Si en lugar de eso, te animas, como harías con un amigo o con tu propio hijo, el resultado será muy diferente.
Une esta visualización a la siguiente estrategia y tendrás un combo ganador.
2. Actúa como si ya fueras esa persona que deseas ser
¿Te acuerdas de esas personas a las que admirabas? ¿Esos modelos que tú querías replicar?
Llega el momento de aplicarlo.
Cada vez que dudes, cada vez que anticipes un resultado negativo o no confíes en ti, pregúntate: ¿qué es lo que haría o cómo actuaría esta persona que ya ha triunfado aquí y que admiro?
Entonces, actúa en consecuencia. Construye una versión de ti que ya lo ha logrado y síguela como un actor que sigue su papel. Con el tiempo, ese papel penetrará en tu subconsciente y se convertirá en ti.
Por ejemplo, cada vez que brota de mí la tentación de comprar patatas fritas en el supermercado o de ir al McDonalds un día que no quiero cocinar, me digo a mí mismo: David, tú eres una persona sana (por consiguiente, las personas sanas no comen patatas fritas, ni mcdonalds).
De la misma forma, cuando voy con prisa y dejo ropa tirada, una lata vacía en mi mesa o algo similar, me digo a mí mismo: no, David, tu eres un tipo ordenado.
Y, ¿sabes qué? Funciona.
3. Profecía onírica autocumplida
Hace muchos años uno de los psicólogos más destacados de España me contó el siguiente ejercicio.
Por aquel entonces yo quería ser escritor profesional, pero estaba sufriendo un trastorno generalizado de ansiedad, acababa de dejar mi trabajo hecho papilla y mi confianza estaba por los suelos.
Así que me dijo: antes de irte a dormir, tumbado en la cama, visualízate a ti como un gran escritor. Pero no uno cualquiera, visualízate en un escenario, recibiendo un premio, y todos esos escritores que admiras (Stephen King, Brandon Sanderson…) están abajo, en el público, aplaudiéndote.
Repítelo todos los días y empezarás a sentir que ese sueño forma parte de ti.
Paso 3: Comprométete con el resultado
Pensar en hacer algo y hacerlo son cosas muy distintas. Lo que te acabo de contar son estrategias muy interesantes y potentes, pero que no funcionan de nada si no las aplicas cada día, cada suspiro, cada vez que detectes en ti un pensamiento negativo.
Además, comprobarás por ti mismo que de nada sirve con soñar en convertirte en esa persona triunfal que buscas (por ejemplo, ser escritor), si luego no dedicas un rato cada día a escribir.
Un rato.
Cada día
Todos los días
Ahora que sabes quién quieres ser, ahora que te visualizas como esta persona, llega el momento de diseñar hábitos que te ayuden a crecer un poco cada día en esa dirección.
Porque, recuerda, como decía Albert Einstein: El interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo. Mejorar un 1% cada día te convertirá en una mejor versión de ti mismo en menos de un año.
Como decíamos al principio, a ser feliz o a tener más confianza en ti mismo no se llega solo deseándolo, se llega trabajando.
El éxito, el triunfo, está detrás de cientos de pequeños esfuerzos que nadie ve y muy pocas personas están dispuestas a realizar.
Paso 4: Sé consistente al 100%
El compromiso es una cosa, aplicar ese compromiso cada día otra muy distinta.
Tienes que ser tolerante con tus fallos, con tus debilidades, pero no debes permitirte olvidar cuál es tu compromiso contigo mismo.
Quieres ganar esa confianza en ti mismo, y solo podrás estar satisfecho, feliz y disfrutar de una gran confianza en ti mismo cuando cuando sepas que estás haciendo algo que es importante para ti. Donde HACER es el verbo más importante de toda la frase.
Aplica la misma estrategia que te contaba en el paso 2 de forma regular (la de actuar como la persona que deseas ser), hasta que sea parte de ti.
Y recuérdate cuáles son tus valores, tus objetivos, por qué estás haciendo todo esto.
Hay quien sugiere escribirlos todos los días, a mano, en un cuaderno.
Hay quien los tiene escritos y colgados en una nota en la pantalla de su ordenador o en la cocina, donde desayuna.
Sea como sea, recuérdate cada día que trabajas por algo que TÚ quieres y por lo que nadie más te está obligando. Porque TÚ deseas ese resultado por encima de todas las cosas.
Y verás como, poco a poco, esa confianza crece en tu interior.
Hasta que, 1% a 1%, te acabarás convirtiendo en esa persona que deseas ser.
Cuando lo hagas, mirarás atrás y te asustará ver la cantidad de camino que has recorrido en tan poco tiempo. Lo distinto que eras al empezar, de lo que eres ahora.
Lo sé, a mí me ha pasado y la sensación es indescriptible.
Y cuando tienes esa sensación dentro de ti, es imposible no confiar en ti mismo, no convertirte en tu mayor fan.