Si pensamos en productividad, nos viene a la mente una imagen negativa, de personas trabajando más de 16 horas sin descanso
Y es que eso no es productividad, es esclavitud.
Hoy te voy a enseñar los 10 hábitos saludables que han cambiado mi vida a mejor y déjame decirte que algunos de los “trucos” que tanto repiten muchos gurús y emprendedores no sirven para nada.
Porque no se trata de trabajar más, se trata de que trabajes MEJOR, durante MENOS tiempo, para poder disfrutar del resto de tu vida como te mereces.
Empezando por algo muy importante.
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Productividad saludable
El problema de los mensajes de hoy, de los que utilizan youtubers y gurús es que se centran única y exclusivamente en que reduzcas el tiempo que dedicas a cualquier cosa que no sea TRABAJAR y GENERAR dinero.
Por ejemplo el Xokas, que ha estado haciendo una campaña para promocionar su empresa de comida con el reclamo de que así te «ahorras» 10 horas a la semana en cocinar, 10 horas que puedes dedicar a trabajar más.
Y eso, amigo mío, ni es ser productivo, ni es vivir una vida plena, ni es ser humano.
Es ser una máquina.
Si lo que quieres es convertirte en una, adelante, pero si lo que quieres es disfrutar de tu corta vida de mortal, estos 10 consejos te ayudarán.
Aunque el octavo no te va a gustar.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
1. Aprende a vivir el momento
No saber desconectar es el mayor cáncer de la vida hiperconectada que tenemos.
Nos hemos acostumbrado a estar SIEMPRE haciendo algo más: un podcast mientras conduces, otro mientras sales a correr, un episodio mientras comes, dos en la cena…
En lugar de vivir en el ahora, de disfrutar mientras cocinamos, sentimos la necesidad de distraer nuestra mente y hacer siempre algo más.
Y la vida es justo lo que pasa por debajo de esas distracciones.
2. Tratate con compasión
Aprende a tratarte con la compasión que te mereces.
Los seres humanos somos unos cabrones despiadados cuando se trata de hablar con nosotros mismos. Nos decimos cosas que no nos atreveríamos a decirle a nadie, nos fustigamos, nos castigamos, nos insultamos…
Aprende a respetarte y a tratarte como tratarías a un amigo o a tu propio hijo y verás el efecto tan positivo que tiene a tu alrededor.
3. Rutina de descanso nocturno
Vamos por la vida cansados, agotados.
Todo el mundo dice que quiere dormir 8 horas cada noche y muy pocos están dispuestos a hacer lo que hace falta para conseguirlo.
A mí me ha costado tres décadas lograrlo y el efecto es espectacular. El humor mejora, la motivación, la actitud hacia la vida…
Decide cuál es tu descanso ideal y fija tu tiempo de levantarte y, sobre todo, de acostarte de acuerdo con él.
De nada sirve decidir que vas a dormir 8 horas al día, si luego te acuestas a las 2 de la madrugada sabiendo que tienes que levantarte a las 7.
4. Hacer ejercicio
Hace más de una década me reuní con uno de los directivos más importantes de la empresa para la que trabajaba. El hombre había perdido a su mujer por un cáncer y me contó que una de las cosas que más le ayudó a sobreponerse fue hacer deporte.
Cuando activas tu cuerpo, cuando lo ejercitas, consigues muchos efectos beneficiosos para ti y para tu mente.
Por eso yo salgo todos los días a las 11 de la mañana para hacer ejercicio.
5. Estimula tu mente y tu crecimiento personal
El recurso más valioso que tienes a tu disposición eres tú mismo.
Y, sin embargo, eres al que menos atención le dedicas.
Guárdate una parte de tu tiempo y de tu presupuesto para aprender cosas nuevas, estudiar algo que te apasione, desarrollar nuevas habilidades… Porque son formas fantásticas de estimularte y crecer.
Si, además, quieres entenderte mejor y aprender a sacar el mejor partido de ti mismo, utiliza parte de ese presupuesto de crecimiento para tu desarrollo personal.
6. Utiliza estrategias para calmar tu mente y reducir el estrés
Nuestra cabeza es como una olla a presión.
Con la diferencia de que es capaz de absorber y redistribuir una cantidad tremenda de presión, de estrés y ansiedad.
Hasta que termina estallando.
En su lugar, busca la forma en la que puedas descargar ese vapor tóxico y nocivo y sustituirlo por algo positivo.
El ejercicio, la meditación, el yoga o simplemente cocinar o conducir en silencio, escuchándote solo a ti mismo.
cada día envío un email con una historia en la que, además, te enseño trucos para evitar que tu cabeza acumule presión antes de empezar a sentirlo. Te apuntas aquí:
7. Reduce la fatiga mental que produce la infoxicación digital (redes sociales, noticias)
Vivimos expuestos a decenas de miles de impactos diarios de información que no nos interesa.
Las redes sociales y los medios de comunicación están diseñados para atraparte y bombardearte con algo que solo les interesa a ellos. Por eso son tan adictivos, por eso son cada vez más sensacionalistas, más impactantes, más clickbaiteros.
Protégete de ellos y crea zonas libres de notificaciones en tu vida. El efecto es brutal a corto plazo.
8. No beber alcohol
(ni tomar otras sustancias que alteren el funcionamiento del cerebro).
A mí una vida de “productividad” desmedida y de expectativas imposibles me llevó primero a un trastorno de ansiedad generalizado y luego a una forma de trastorno bipolar que me destrozó la vida.
Lo primero que hice cuando descubrí lo que pasaba (y me asusté de verdad) fue eliminar el alcohol y la cafeína de mi vida (además de sumar una buena cantidad de medicación a mi dieta). Y eso fue en febrero de 2019.
Hoy, puedo decirte que gracias a esa decisión y a mi desarrollo personal, ese trastorno y otros muchos problemas han quedado atrás. Otro día te lo cuento en más detalle.
9. No te olvides de que tu vida se compone de 6 partes
La vida no solo es el trabajo.
Tampoco es solo la familia.
O los amigos, o tú…
La vida es mucho más que eso: son seis partes diferentes que se entrelazan entre sí y conforman tu realidad.
Tenlo siempre presente cada vez que una sola de ellas (normalmente el trabajo) empiece a invadir al resto.
10. Encuentra tu Elemento
Las personas más productivas son las que viven una vida plena y hacen y trabajan por ella.
Para conseguirlo, tienes que hacer lo que te gusta, aprovechando aquello que se te da bien y rodeado de la gente con la que más disfrutas.
La pregunta que debes hacerte cada día, en cada proyecto, en cada tarea, es: ¿para qué hago esto? Cuando encuentras ese para qué, es muy fácil vivir una vida plena, saludable y, además, productiva.