En los últimos meses he recibido una cantidad de peticiones de ayuda SEO que ha llegado a abrumarme. Desde preguntas cortas, hasta proyectos de varios meses, pasando por toda una gama de pequeños y grandes proyectos.
Lo que saco de ellos es que, quitando a esas empresas que ya saben lo que hacen y a esos emprendedores que están puestos en el tema, el desconocimiento que hay sobre SEO es enorme. Y eso se refleja en las peticiones de trabajo y las primeras reuniones.
Ese desconocimiento, además, se acentúa por la cantidad de artículos con recetas mágicas que te dan la lista de las X cosas esenciales que debes hacer antes de… Artículos que, en lugar de ayudar a poner el foco en lo importante, consiguen el efecto contrario.
Antes de leer sobre SEO, pregúntate…
¿Qué es lo que quieres conseguir? ¿Cuál es tu objetivo último para ese SEO que tanto anhelas?
El posicionamiento SEO solo es una herramienta, un medio, para alcanzar un objetivo. No es un bufé libre en el que lanzarse a probar todos los platos. Antes de hacer nada, tienes que tener claro qué es lo que necesita tu negocio.
Sin esa clave, sin ese foco, todo lo que hagas podría no servir para nada. Porque el SEO, como ya dijimos, se compone de muchas patas, muchas acciones y muchas estrategias que podemos seguir.
Míralo de esta forma: ¿de qué te sirve un Ferrari si solo quieres el coche para ir a comprar el pan? Si tu presupuesto (en tiempo y dinero) fuera ilimitado, si te sobrase por todas partes, el Ferrari serviría para ir a por el pan y para presumir de todo lo que tienes. Pero en el mundo real, habría sido tirar el dinero. Mucho dinero.
Con el SEO, con las webs, pasa algo parecido.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
Lo primero que necesitas para hacer SEO es…
Un objetivo, tú objetivo de negocio. ¿Quieres que reconozcan tu marca? ¿Que reconozcan tu profesionalidad? ¿Que te conozcan? ¿Que sepan que eres mejor que tu competencia? ¿Quieres vender algo? ¿Recuperarte de un problema de reputación? ¿Qué quieres?
Saber lo que buscas, hará que tu estrategia futura esté mejor definida. Sabrás cuáles son los caminos principales para alcanzar esos objetivos, podrás definir otras líneas secundarias que ayuden a las principales y podrás eliminar aquellas que no le aporten nada a tu estrategia.
¿De qué me sirve tener un millón de visitas en un artículo sobre gatitos si lo que busco es vender cortinas? Sí, quizá haya una manera enrevesada de enlazarlo todo y de rascar un 0,001% de clicks válidos hacia mis cortinas, pero volvemos al tema del Ferrari y el pan. Hay formas mucho más directas, fáciles, sencillas y baratas de conseguir público para las cortinas.
Y ni siquiera este objetivo era lo esencial que yo quería contarte, pero es algo anterior que muy poca gente hace y tenía la obligación de explicarte si vamos a hablar de lo más básico en SEO.
Porque lo más básico para el SEO es…
Antes de pensar en SEO técnico, en optimizar metadatos, etiquetas, títulos, descripciones, imágenes, enlaces…, y todo lo demás, hay algo que debes tener en cuenta. Una cuestión de forma básica: la redacción del contenido.
Me está siendo complicado aconsejar a algún que otro cliente sobre cómo enfrentar su «problema» SEO sin ser demasiado crudo, pero la forma de los textos es esencial.
No solo que sea correcta desde un punto de vista ortográfico, que es algo que se debería dar por supuesto, sino desde un punto de vista de legibilidad y estética.
De nada sirve una web 100/100 si el texto es un ladrillo, con frases de siete párrafos, sin puntuación, con una redacción caótica y difícil de entender. Porque si tu texto no se entiende, si el usuario no resuelve su duda o ni siquiera lee tu contenido, ¿qué más da lo buena que sea tu web?
Escribir bien no es una cuestión menor, es la base del SEO.
La mitad del SEO es saber escribir
Quizá no solo la mitad, sino mucho más. Todo depende de lo bueno o malo que sea tu texto. No solo en cuestión de legibilidad, como decía antes, sino en cuestión de capacidad de transmitir información. Hacer SEO, hacer buen SEO, tiene más que ver con escribir que con manejar las herramientas técnicas que tenemos a nuestra disposición.
Un texto correcto, bien estructurado, separado en párrafos, agrupado bajo títulos de distintas importancias y con una letra y colores adecuados, es lo primero que necesitas para competir en el mundo SEO.
Después, cuando tu contenido sea bueno por sí mismo, podrás aprender a escribir SEO, a incluir SEO en otros elementos que no sean el texto, a optimizar tu web, a analizar a la competencia, buscar enlaces, optimizar títulos y descripciones… A «hacer SEO».
Pero si no tienes un buen contenido, no tienes un punto de partida y todo lo que hagas será como vaciar un río con una cucharilla.
Es mejor saber escribir, sin saber SEO…
Una web con buen contenido, con una persona detrás que sepa de lo que habla y lo cuente bien, tiene muchas probabilidades de llegar a unas posiciones decentes dentro de las SERP de Google.
Así empecé yo mi primer blog (y el segundo), sin saber qué era el SEO, pero escribiendo contenido concreto, para problemas concretos, de una forma que captaba la atención de los usuarios. Poco a poco (mucho más lento que si hubiera sabido lo que hacía, eso sí) me fui haciendo con las primeras posiciones para las búsquedas que llevaban a ese contenido.
De forma natural, orgánica y sin forzarlo.
Posteriormente, con esa base ya asentada, unos conocimientos SEO más sólidos y modificando el contenido que ya tenía, esa web pasó de recibir 800 visitas diarias a recibir más de 5.000.
…que saber SEO y no saber escribir
Por muy buenas etiquetas que utilices, datos estructurales, schemas…, por buen copy que apliques a tus títulos y descripciones, si el texto de tu artículo es ilegible, tu estrategia no tendrá éxito.
Quizá veas algún pico puntual, mientras Google evalúa dónde ponerte, pero no llegarás a competir por el top 5 de los resultados relevantes para esas búsquedas. O, si lo haces, significa que tu competencia todavía lo hace peor (que también pasa).
Es increíble la cantidad de gente que quiere que le ayudes a mejorar su posición en Google, cuando tiene un contenido que da lástima leerlo. Que no se entiende, que no apetece leer, que hace falta ampliar (o cambiar colores) para hacerlo o que es un ladrillo de texto sin párrafos ni puntos.
Gente que, además, no quiere que le digas que hay que reescribir el contenido, cambiar el diseño de la página o definir un objetivo claro y conciso. Gente que ha leído esa «lista de las X cosas esenciales sobre SEO que…» y quiere que apliques estrategias de linkbuilding, mejores su SEO técnico, on-page, que le prepares una estrategia de KW para atacar… Lo que sea, menos lo que necesita.
En resumen
Merece más la pena que dediques tus esfuerzos a plantear un buen contenido, a mejorar tus capacidades de redacción, las de tu equipo o a que busques redactores buenos y de confianza, a que te líes la manta a la cabeza con la cantidad de elementos SEO que puedes mejorar.
Si tu contenido no es bueno, da igual lo que hagas para engalanarlo, cualquier competidor con más maña, un poquito de nociones de redacción y una estética cuidada podrá superarte.
Y eso aplica al presente y al futuro de cualquier negocio. Que tu contenido sea bueno hoy, no significa que lo siga siendo mañana. Revisar el contenido pasado es a veces mejor opción que ponerse a generar nuevo contenido como un loco. Pero de esto hablaremos otro día.