De un tiempo a esta parte, internet se ha convertido en un saco de webs basura cuyo único objetivo es el clic fácil. Webs que, por su propia esencia, invaden todos los resultados y, lo que es peor, nos ofrecen una información de mierda sobre lo que nosotros queremos buscar.
¿Sabes de qué webs estoy hablando?
Creo que, a día de hoy, es vital reflexionar sobre el daño que le estamos haciendo a internet (y a los usuarios) y sobre cómo podemos protegernos contra ese daño.
¿Qué es internet? ¿Qué es Google?
Internet, tal y como yo lo concibo, es una red que conecta miles, millones, de personas a través de su contenido. Textos, audios vídeos… Internet es La Enciclopedia de las enciclopedias.
Por debajo (o por encima, depende de cómo apiles las capas en tu imaginación), tenemos al gestor de esa enciclopedia. Al buscador de buscadores, a Google.
Google se encarga de ordenar esa información y clasificarla para que nosotros, los usuarios, encontremos de forma rápida la mejor respuesta a nuestra pregunta, a nuestra consulta.
¿Cómo? A través del ALGORITMO. El sistema que decide que cuando tú pones «vuelos baratos», Google tiene que mostrarte webs que ofrezcan vuelos baratos y no webs que enseñan a hacer maquetas baratas de aviones.
Porque, aunque internet y Google no son lo mismo, la realidad es que solo conocemos el internet que Google quiere mostrarnos. Así que hablar de uno o de otro es… bueno, lo mismo.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
El problema de internet
Lo que pasa con esta enciclopedia, es que la información no está validada, verificada ni filtrada. Alguien con mucha habilidad puede colarte un artículo que hable sobre maquetas de aviones en esa búsqueda sobre «vuelos baratos».
Bueno, la verdad es que no lo creo (o no creo que durase demasiado), pero el ejemplo se entiende.
Porque Google solo busca satisfacer al usuario. Él solo quiere mostrarle aquello que quiere ver. No aquello que sea verdad, correcto o mejor para su consulta. No. Tan solo algo que le haga permanecer en la página y dar síntomas de satisfacción ante el resultado.
Eso hace que, con picardía y conocimientos, puedas colocar webs en los primeros resultados sin ofrecer una información con verdadero valor detrás.
Aquí entran los nichos: la plaga de internet
Con todos los big players en juego, solo queda añadir el factor monetario a la ecuación. Como te contaba al hablar de AdSense y Amazon, una página web puede ganar dinero pasivo utilizando ambas (o cada una por separado) herramientas.
¿Qué es lo único que te hace falta? Tráfico, mucho tráfico. ¿Cómo? Siendo el primero que aparece para una búsqueda determinada.
Y es que un nicho no es más que una web que quiere ganar dinero a costa de las búsquedas de otro, ofreciéndole un contenido lo suficientemente digno como para conseguir engañar al usuario a que haga clic en sus anuncios o en sus enlaces de afiliado.
Si hay 50.000 personas buscando tostadoras en internet y tú consigues que tu web salga en primer lugar, podrás conseguir que un 90% entre en tu página y, si lo haces bien, pulsen en tus enlaces.
Pon que cada tostadora vale 20€, que Amazon te pagará un 7% (1,4€) y que un 5% de las personas que entren a tu web terminarán comprando una. Si son 50.000 personas mensuales buscando tostadoras, por la cuenta de la vieja, podrías ganar 3.000€ al mes con esa web top 1 en tostadoras.
Y ya, si hablamos de monetizar con AdSense, la cosa se vuelve más turbia. Porque ni siquiera tienes que conseguir ofrecerle un contenido de venta persuasivo, una comparativa o algo de calidad. Lo único que necesitas es engañar al usuario para que haga clic en la publicidad que muestras en tu web.
La cuenta es la misma que antes, solo que ahora cobrarás menos por clic. Pon que sean 0,22€ por clic, que tú seas tan bueno que puedas engañar a más gente a hacer clic que a comprar y tendrás que una web top 1 en tostadoras pueda darte 1000€ cada mes.
¿Cómo se hace todo esto?
Con SEO. El SEO son las herramientas que tenemos los webmasters para lograr que nuestras páginas web lleguen a las primeras posiciones para aquellas búsquedas que nos interesan.
Por ejemplo, mi artículo sobre Moneytizer está en segunda posición para la búsqueda de TheMoneyTizer en Google. Su estructura, su contenido, su… todo en ese artículo está diseñado para:
- Dar respuesta a la pregunta del usuario (qué es y cómo se usa TheMoneyTizer).
- Hacer ver a Google que es el resultado más relevante de entre todos los que hay.
Eso es el SEO. Ni más, ni menos.
Entonces, ¿el SEO es malo? ¿Es bueno?
¿SEO de mierda?
La realidad es que, como todo, el SEO no tiene intenciones (ni malas ni buenas). El SEO solo es una herramienta que ayuda al que la utiliza a posicionarse mejor.
Es obvio que una web llamada «David Olier» que habla de «David Olier» y que está escrita por «David Olier» salga la primera cuando buscas en Google «David Olier». O no, que en este caso concreto no soy yo el que aparece en primer lugar.
El SEO, per se, no es bueno ni malo. Tan solo es.
Si yo soy un auténtico experto en tostadoras, fabrico mis propias tostadoras, vendo tostadoras, tengo todas las tostadoras del mundo, estoy enamorado de las tostadoras y soy el puto amo de las tostadoras, lo normal es que, con un poquito de SEO, sea el primero en cualquier búsqueda relacionada con tostadoras.
Que luego yo, dios terrenal de las tostadoras, quiera monetizar mi conocimiento a través de enlaces o publicidad… Es perfectamente razonable.
Lo malo está en el uso de mierda que se le da al SEO.
El problema no es el SEO
Lo que no es razonable es que sin tener ni pajolera idea de tostadoras. Sin saber siquiera qué son, qué hacen o qué las diferencia, crees una página web hablando de las tostadoras que más se venden en Amazon. De las mejores tostadoras, del top tostadoras, de la mejor tostadora, de…
O pero aún, que contrates a alguien por un par de euros mal pagados para que escriba lo primero que se le ocurra sobre las tostadoras. Sin importarme la calidad del contenido, solo la longitud, la estructura y la densidad de palabras clave. Luego ya llegará el experto y avaricioso SEO para hacer su magia y colocarse en primera posición.
Por delante del dios de las tostadoras.
Porque, seamos sinceros, a un nichero no le interesa (directamente) ofrecer una información correcta y veraz sobre tostadoras. Solo le interesa que, gracias a su SEO de mierda, tú, usuario necesitado de pan tostado, entres en su web y compres una tostadora cualquiera desde su enlace.
Si es la más cara, mejor.
Y así, muchos webmasters, como este desalmado SEO que ha apartado al dios de las tostadoras de su merecido primer puesto, conseguirán que, cuando tú busques «comprar tostadora», te encuentres con esto:
La suciedad de las SERPs
Nota: a los resultados de búsqueda de Google se los conoce como SERP (Search Engine Results Page).
Con este caldo de cultivo, es muy normal que, cada vez que hacemos una búsqueda en Google, nos encontremos con decenas de resultados que no valen para nada. Resultados llenos de emojis, de símbolos, de elementos llamativos y de títulos capciosos que buscan llamar tu atención para que, amablemente, des dinero a sus dueños sin darte cuenta.
Cada día es más difícil encontrar información de verdad sobre casi cualquier tema. Los intereses económicos, la avaricia, se han adueñado de las SERPs y situaciones como la de la tostadora se suceden por doquier.
Si, como me pasó hace poco, necesitas encontrar una comparativa razonada, técnica y que sea verdaderamente sincera entre varios dispositivos tecnológicos, la cosa es todavía peor. Porque a mayor precio de producto, mayor competencia de estos webmasters avariciosos. Haciéndote casi imposible encontrar lo que buscas.
Y eso que yo sé diferenciar rápido cuáles son esos resultados spammers que solo quieren mi clic…
Ampliando la montaña de mierda: los gurús
Para más inri, hay una buena cantidad de gurús del SEO, de expertos vendehumos, que llevan como bandera el «aprende conmigo y te forrarás rápido y sin esfuerzo haciendo webs».
Estos elementos han llenado internet con una esperanza vacía de conseguir dinero de forma fácil y rápida siguiendo sus recetas. Por su culpa, muchísima gente cree que por hacer mil webs de mierda, van a conseguir ganar miles de euros al mes.
Por su culpa, cada vez que buscas cualquier tipo de producto en internet el caso de las tostadoras se repite una y otra vez. Con muchas, MUCHAS webs de mierda, feas, sin contenido (o con contenido malísimo) y con el mismo aspecto cutre y lleno de enlaces.
La realidad, la dolorosa realidad, es que estos vendehumos viven de VENDER CURSOS, no de hacer esas webs que promulgan. O, en algunos casos, el coste que tiene montar las webs que realmente les dan dinero es tan alto que la rentabilidad esa mágica y maravillosa no es tal (ni qué decir tiene que la inversión tampoco es tan nimia como explican).
No, mil webs de mierda no dan dinero. Entre el tiempo que inviertes, los costes fijos y la fluctuación a la baja de los ingresos de mierda, la realidad es que muy poca gente puede vivir haciendo este tipo de webs. Se vive de pelotazos, de webs que facturan dinero. No de webs que facturan 2€ cada mes.
Pero los incautos, los deseosos de «ganar dinero sin esforzarse», no se dan cuenta de que son ellos el producto. No las webs.
¿Qué podemos hacer?
Desgraciadamente, nichos siempre van a existir. Esa pulsión por ganar dinero sin una ética detrás que te obligue a dar la mejor información, independientemente del coste por clic, siempre va a existir.
Y, por supuesto, los vende humos también van a seguir existiendo, propagando su mensaje de «si quieres, puedes» o «gana dinero rápido de forma fácil».
Por eso, lo mejor que podemos hacer es aprender a detectar esas webs. Aprender a utilizar nuestro buen criterio a la hora de elegir y no fiarnos del primer TOP de artículos que nos encontremos.
Si todos lo hiciéramos, si supiéramos ver quién está dando una información sincera y veraz y quién no, estas webs de mierda irían cayendo en las SERPs hasta perderse en el olvido.
Aunque todos sabemos que eso no va a pasar.