Si algo nos caracteriza a los humanos es que no solemos darnos cuenta de las malas decisiones hasta que ya es demasiado tarde.
Algunas veces somos capaces de verlas pasadas unas horas o unos pocos días. Otras…, otras pasan años hasta que nos damos cuenta de la tontería que hicimos.
Pues bien, estos son los míos. Mis 5 errores aprendiendo y emprendiendo en internet. Entra, ríete, disfruta, aprende…, pero si quieres sacar algo importante en claro, te recomiendo leer el último punto de todos.
1. Confiar en quien no debes
No puedo decirte que este fuera mi primer error, pero sí el que más daño me hizo al principio (y en el medio, al final…).
Verás, en internet hay una cantidad de conocimiento y experiencia increíbles. Hay personas increíbles. Pero también hay un numero desmesurado de charlatanes, gurús de medio pelo y vendehúmos. Por algo escribí este artículo hace años:
Mi primer vendehúmos fue una persona que tenía el aplomo de afirmarse experta en una serie de áreas de las que yo quería aprender. Lo que no supe ver entonces es que detrás del carisma y la fachada, no había ni casa ni cimientos. Los conocimientos eran refritos oídos de tercera y mal explicados, los éxitos estaban todos prefabricados y sus capacidades eran invenciones que hacía sobre la marcha. A pesar de todo eso terminé trabajando para esta persona y perdí 2 años de mi vida y mis inicios en internet.
Hasta que un día, en el que tuve un problema familiar grave, esta persona me enseñó por primera vez de lo que es capaz un narcisista por internet.
Y aprendí, vaya que si aprendí.
Aprendí a mirar por mí mismo, a verificar las afirmaciones que los demás hacen de sí mismos y, por encima de todo, a valorarme más. A valorar mi intuición y mi propio conocimiento, a no poner siempre lo que dicen los supuestos «expertos» por delante.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
2. El valor de la formación
Gran parte de los problemas que he sufrido y que veo sufrir a otros por internet es por falta de confianza. Creemos que las luces de neón y los grandes titulares que escriben esos gurús de medio pelo sobre sí mismos son ciertos y nos ponemos a nosotros un paso por detrás.
Como los demás saben más que nosotros creemos que si escuchamos lo que tienen que decir aprenderemos más rápido.
En esos primeros 2 años perdidos también invertí una cantidad obscena de tiempo consumiendo cursos y formaciones de terceros. Cada vez que me enfrentaba a algo nuevo (como montar una academia, una formulario, un…), en lugar de tratar de hacerlo por mí mismo, equivocarme y aprender…, lo que hacía era comprar un curso para aprender cómo se hacía bien.
¿Sabes qué pasaba después? Que el curso no me resolvía el problema y terminaba teniendo que hacer lo que cualquier ingeniero debería hacer primero: sumergirte de lleno en el problema, el manual y en tocar teclas y botones, romper cosas y aprender cómo resolverlas.
Con los años, de hecho, me he dado cuenta de que todo lo importante que he aprendido no ha sido haciendo cursos, sino HACIENDO y probando.
3. No hagas lo que dicen, sino lo que hacen
Esto no solo afecta a los gurús de medio pelo y vendehumos, sino a todo el mundo, incluido yo. Que es lo mismo que un padre aprende (o debería aprender) al poco de tener hijos: tus hijos no harán lo que tú digas que hagan, sino lo que te vean hacer.
Haz reingeniería de los procesos que quieras replicar, no copies lo que te vendan como la fórmula mágica.
En el Club Consiente lo conté con nombres y detalles el otro día: el mejor embudo de ventas que he montado nunca lo construí basándome en el mejor embudo de ventas que he visto nunca. Mientras que aplicar la formación del supuesto mejor experto en embudos de venta que había hace años destrozó su funcionamiento.
Sí, hay ocasiones en las que formaciones y reingeniería dicen lo mismo, pero en mi experiencia no es lo más habitual y, en igualdad de condiciones, es mucho más fiable copiar el método que ves que pedirles que te lo expliquen.
4. No copies el contenido, copia la forma
De la misma manera, hagas reingeniería o una formación, lo más importante es entender por qué y cómo funciona lo que estás tratando de aprender.
Esto lo conté en la newsletter el otro día: para copiar a otros, para inspirarte, lo que tienes que hacer es buscar patrones y estructuras replicables.
Por ejemplo, si un vídeo de YouTube te gusta y sabes que ha funcionado, lo que deberías copiar es la forma en la que empieza, si usa un tipo de gancho u otro, en qué minuto hace la introducción, cuándo inserta sus CTA y cuántos CTA incluye, cuántos puntos explica, de qué longitud…
Así podrías coger el vídeo más popular sobre, por ejemplo, cómo hacer calceta y replicarlo en tu canal de desarrollo personal. Porque el patrón, la estructura, la técnica, es algo que puedes reutilizar.
5. Dispersión vital
Y llegamos al punto clave. Al punto por el que durante muchos años ninguna de mis iniciativas funcionó.
Lo peor que puedes hacer (sea emprendiendo en internet o en tu vida en general) es tratar de abarcarlo todo.
En 2020, antes de que cambiase mi forma de pensar, mi mentalidad, tenía entre manos 5 líneas de negocio diferentes funcionando en paralelo. 5 líneas que más o menos funcionaban, pero que no terminaban de despegar. Mi teoría por aquel entonces era que cuando una despuntase sobre las demás…, me centraría en ella.
¿Sabes qué pasa? Que si no eres tú el que decide apostar por un camino, ninguno de ellos va a ser capaz de despegar.
Tener FOCO, tener la habilidad de coger toda tu energía, tu conocimiento y tu capacidad mental para concentrarla en un único proyecto, es la clave que diferencia el tener muchos proyectos de mierda a tener uno grande y poderoso. Y no solo porque vaya a triunfar, sino porque si fracasa, lo haga rápido para que puedas concentrarte en el siguiente.
Durante años traté de levantar mis academias, mi agencia, mi newsletter, este blog, mis canales de YouTube…, TODO a la vez. Nada funcionó, pero mucho peor, nada fracasó tampoco.
Y es que lo malo no es que algo vaya mal, lo malo es que vaya tan bien que no te plantees que está mal. Porque todos esos proyectos más o menos funcionaban, más o menos daban dinero, y sumándolos entre todos la cosa PARECÍA ir bien.
Hasta que eché el freno y me concentré en un único camino (TodoBrick). En poco más de un año ese proyecto se hizo más grande que todos los anteriores…, juntos.
Si hay algo con lo que me gustaría que te quedases de esta experiencia, de estas cagadas, es con esto: pon todo tu foco en una única opción. Esa es la manera de hacer que funcione o de demostrar que no lo hará nunca.
La importancia de los errores
Vistos estos 5 errores hay algo muy importante que tengo que decirte. La mayoría de la gente trata de dar consejos para que los demás eviten cometer errores. Al hacerlo, no puedo evitar que se me quede la sensación de que equivocarse es malo.
Verás, todos estos errores que te acabo de contar han sido causa de dolor, sufrimiento, retrasos, pérdida de dinero, tiempo, esfuerzo, confianza en mí mismo… Sin embargo, la magia de equivocarse es, precisamente, que aprendemos algo nuevo. Al menos si nos damos cuenta del error que hemos cometido.
En este artículo quería contarte las mayores cagadas de las que he sido consciente, no para que tú no cometas esos errores, sino para que, si los estás cometiendo, te des cuenta de lo que pasa y puedas aprender de la situación.
Si es el caso, tanto en el presente, como en el pasado o en el futuro, no te castigues por equivocarte. Abrázalo, acéptalo y, sobre todo, aprende.
El éxito no es hacerlo todo bien, sino ser capaz de aprender un poco cada vez que hagas algo mal
Y ahora…
Sal ahí fuera a cometer remediar los errores que has cometido y a cometer otros nuevos.
Porque no sabes dónde te van a llevar.
A mí, desde luego, quizá no me hayan traído por el camino más directo (de hecho, ha sido bastante tortuoso), pero al final me han traído a una senda en la que, por encima de todo, estoy disfrutando.


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