Vamos al grano.
Ni tú ni yo queremos perder el tiempo, así que seré breve.
Tan breve como que esto es lo que estás buscando:
Si todavía no sabes que era eso lo que buscabas…
Me llamo David,
dejé un trabajo muy bien pagado para montarme por mi cuenta
y lo hice por tres motivos.
- El menos importante es que me gusta el dinero y ahora gano mucho más (así que imagínate cómo deben ser los otros dos motivos).
- El motivo que me empuja cada día es que construyo mis propios negocios, por lo que soy el dueño de mi tiempo.
- Y el que me mantiene motivado es que disfruto del 100% de ese tiempo.
He alcanzado un nivel de éxito con el que otros ni siquiera sueñan, porque no saben que existe.
¿Sabes qué éxito es ese?
Te lo cuento:
No sé qué es eso de odiar un lunes o ponerse triste porque se acaba el verano.
El equilibro personal-familiar-laboral al que he llegado es perfecto y cada día comparto un consejo sobre cómo conseguirlo.
Ni medio, ni dos, cada día comparto un consejo sobre cómo tener éxito en tu vida, sea personal, profesional o del tipo que sea.
Porque el éxito tiene muchas caras y yo te enseño a valorarlas todas y a llegar más lejos.
¿Cómo?
Dándote una visión 360º de cómo un pringado que trabajaba explotado por cuenta ajena ahora gana mucho dinero y vive mejor que nadie.
De cómo hace ganar dinero a otras personas.
Mucho dinero.
Y disfruta de una vida personal plena sin dar explicaciones a jefes insidiosos.
¿Te suena bien? Pones tu email, das un click aquí debajo y estás dentro.
Cada día un consejo que te alejará de los sueños de otros y te acercará a los tuyos
¿Te suena mal y quieres que te convenza de lo contrario?
Vamos al rollo menos breve.
Escucha, que si te suena mal de verdad y no quieres que te convenza de nada, es el momento de despedirnos.
No quieres escuchar lo que tengo que contarte.
Para los que quieren escapar de la carrera de la rata y además quieren que les convenzan de hacerlo
Hace década y media entré a trabajar para una multinacional que me consideraba menos valioso de lo que valía mi peso en carne.
Trabajaba 12 horas al día, fines de semana incluidos y solo cobraba por 40 horas semanales.
Viajaba 50 de 52 semanas al año y clientes y jefes me trataban con el palo, como a los burros.
¿Cuál era la zanahoria?
Un sueldo miserable que no me podía gastar porque no tenía TIEMPO ni ganas.
Hace 8 años les mandé a donde merecían estar y me monté por mi cuenta.
Ahora trabajo en mi casa, monto en bicicleta por las mañanas, cuido de mis hijos por las tardes y entre medias hago cosas que me dan dinero.
¿Cuánto?
Más del doble de lo que me pagaban en aquella multinacional que, sobre el papel, parecía mucho.
Y cada año que pasa un poco más de eso.
¿Eso es mucho? ¿Es poco?
Es suficiente para pagar una hipoteca, dos coches, dos colegios privados, muchos, muchos LEGO y para invertir el resto.
Aunque el dinero es lo de menos.
Lo importante es que puedo hacer con mi día a día lo que me dé la gana.
¿Quieres saber cómo?
¿Cómo ganar dinero con algo que disfrutas y poder tomarte el día de hoy de vacaciones porque te sale de las narices?
Te apuntas y te cuento.
- No te voy a enseñar a emprender, te voy a contar lo que hace un emprendedor cada día, cómo enfoca sus proyectos, sus clientes, sus éxitos, sus fracasos…
- No te voy a enseñar diseño web, te voy a contar cómo lograr que tus usuarios sepan que tienes algo interesante que enseñarles.
- No te voy a enseñar SEO, te voy a hablar de cómo conseguir que esos usuarios te encuentren.
- No te voy a enseñar copywriting, te voy a ayudar a que esos usuarios se conviertan en clientes y te compren a ti, no a tu competencia.
- Tampoco te voy a enseñar a montar una empresa, te voy a enseñar cómo construyo la mía.
Eso sí…
No esperes recetas mágicas ni optimismo tóxico, porque eso no funciona.
La vida es dura y yo no voy a tratar de mostrarte lo contrario.
Se puede tener un equilibrio en el que todo encaje con suavidad, pero para llegar a él hay que aprender, trabajar y esforzarse.
Si no entiendes eso y lo que quieres es a un «gurú» de tres al cuarto que te repita fórmulas de Mr. Wonderful, mejor que no te apuntes.