Emprendimiento y salud mental

La salud mental del emprendedor no solo está desatendida, es que nos entrena para dinamitarla desde dentro. Te cuento mi experiencia personal

Marca personal

Vuélvete consciente y no dejes que te engañen

Sin tonterías, sin falsas promesas para que tires tu dinero.

Cada día mando un email para sacarle más jugo a la vida: empezando por coger las riendas y tomar las decisiones más difíciles.

Interacciones con los lectores

Comentarios en «Emprendimiento y salud mental»

  1. He llegado a este artículo a través de uno de tus correos y aunque te he felicitado vía mail no quería dejar de hacerlo por aquí también.

    Gran artículo, muy identificado con lo que expresas y muy de acuerdo con tus valoraciones como la del positivismo tóxico.

    Que gusto leerlo y cuanto me ayuda leer cosas así. Enhorabuena por tus logros y por lidiar con las dificultades.

    Saludos!

  2. Genial como siempre, David. Te encontré hace tiempo buscando información sobre Scrivener y te sigo desde entonces. Eres muy inspirador y un ejemplo a seguir. Con mucho trabajo y sobre todo paciencia, estoy empezando a construir webs con la idea de que algún día den algo de pasta. Me queda muchísimo que aprender, pero post como este te hacen no decaer aterrizando en la cruda realidad.
    Buen trabajo, David.

  3. Además de verdad. Emprender no es ser superman. Yo soy de las que se achican, de las que se autoculpan por no hacer más. De vez en cuando me tengo que parar y decirme: «tía, que has sido mami, que tienes dos enfermedades autoinmunes que de vez en cuando te agotan, que tienes que lidiar con esa ansiedad».
    Vivimos en un mundo estresante y enloquecedor. Se nos exige una perfección espantosa. Huimos del trabajo por cuenta ajena buscando algo mejor. Y cuando emprendemos en vez de liberarnos entonces nos autoexigimos. A menudo nosotros mismos somos nuestro peor policía.
    Lo primero de todo es parar y cuidarse, a quererse a uno mismo, pero de forma sana: comprendiendo y respetando nuestras imperfecciones.
    Y eso mismo: la cultura de los triunfadores…, ¡qué engañoso es todo eso! Detrás de los triunfos siempre hay fracasos, claro que sí. Y quien diga lo contrario, miente.

    Cuídate David, y gracias por compartir tu historia. Esas supuestas imperfecciones tuyas te hacen más especial.

    ¡Un abrazo!

    • Muchas gracias a ti, Marga.

      Es esa cultura de los triunfadores la que me ha empujado a escribir esto. Ya basta de encumbrar lo positivo y de menospreciar lo negativo. La vida se compone de ambas partes y hay que aprender a lidiar con ellas por igual.

      Un abrazo

  4. Sí, señor. Pelos como escarpias. Ciclotímico, dices. Te recomiendo leer este pequeño cuento de Jorge Bucay,
    Que empieza así

    Había una vez un rey muy poderoso que reinaba un país muy lejano. Era un buen rey. Pero el monarca tenía un problema: era un rey con dos personalidades.
    Había días en que se levantaba exultante, eufórico, feliz. Ya desde la mañana, esos días aparecían como maravillosos.
    Continúa aquí:

    Un saludo

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