En el episodio de hoy veremos los 4 pasos fundamentales para reinventarte y lograr todos tus propósitos en este 2024.
Profundizaremos en la importancia de definir claramente lo que deseas, cómo priorizar tus metas, aplicar la estrategia de «Divide y Vencerás» y cómo cultivar hábitos que impulsen tu éxito.
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4 Pasos para reinventarte y conseguir lo que te propongas
Cualquier día es igual de bueno que otro para reinventarte, pero los cambios de año tienen algo mágico que nos empuja a todos a hacerlo.
Lo difícil es que, pasada la primera semana, el plan se mantenga y tú llegues a conseguir tus metas.
Si de verdad quieres diseñar una lista de propósitos para este año que valga la pena, que tenga todos los elementos necesarios para conseguirlo, quédate hasta el final del vídeo. Porque estos 4 pasos te ayudarán a reventarlo este 2024.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
Por qué hacer una buena lista de propósitos
Igual que las uvas, el champán y los turrones, la Navidad trae también consigo las famosas, temidas y mal entendidas Listas de propósitos de Año Nuevo.
Cuando era pequeño (y vago, muy vago) me parecían maravillosas: ¿solo tengo que sentarme a ver lo bien o mal que voy una vez al año? ¡Fantástico!
Ya mayor, con un trabajo fijo por cuenta ajena y poco tiempo para pensar en mi vida, las veía como algo absurdo: ¿qué voy a decidir yo un 31 de diciembre que vaya a ser capaz de hacer durante el resto del año?
Tuvieron que pasar unos años más hasta que descubriera el poder que tienen los propósitos para transformar nuestra vida.
La gracia está en que no son los propósitos en sí los que nos ayudan a mejorar año a año, sino el sistema que desplegamos para alcanzarlos
Y eso es justo lo que vas a aprender aquí.
Paso 1: ¿qué es lo que quieres?
El mayor problema de las listas de propósitos es que repiten una y otra vez las mismas ideas vacías que no te llevan a ningún lado.
Si no, no estarías viendo este vídeo, porque tus listas de propósitos anuales se estarían cumpliendo y no necesitarías saber cómo hacerlas
La clave está en: ¿Por qué fallan todas las listas de propósitos de Año Nuevo?
Porque no nacen de lo que tú quieres, de lo que verdaderamente necesitas para transformar y mejorar tu vida y a ti mismo y no atacan a la raíz del problema.
Como no atacan al núcleo de lo que buscas, cometes el primer y mayor error de una lista de propósitos, que se convierte en una lista de deseos, igual que la carta a los Reyes Magos o a Papá Noel de un niño: se llenan de juguetes y juguetes, sin orden ni control.
- Voy a perder 10 kilos
- Voy a ir al gimnasio
- Voy a promocionar
- Voy a ganar más dinero
- Voy a leer 40 libros
- Voy a ir a 10 congresos
- Voy a conocer a todas estas personas…
- Voy a…
Este paso no es nada fácil, porque requiere que mires bien hondo en ti y eso, amigo mio, nos asusta a todos.
¿Y cómo puedes encontrar cuál es el verdadero núcleo de los cambios que te ayudarán a reinventarte?
Para cada uno de esos deseos que crees tener y que seguramente ya ronden tu cabeza, pregúntate: ¿PARA QUÉ lo quieres?
«Voy a perder 10 kilos»
¿Para qué?
«Para estar más delgado»
¿Para qué?
«Para verme mejor»
¿Para qué?
«Para sentirme mejor conmigo mismo»
Los buenos objetivos personales, las buenas metas, atacan a nuestros deseos más profundos. No se quedan en la superficie (perder X kilos, ganar tanto dinero, leer tantos libros…). Porque un propósito que se queda en la superficie, es un propósito que se quedará anotado en tu lista de propóstios de año nuevo y seguirá ahí año tras año.
O peor aún, lo cumplirás y te encontrarás igual de vacío el año que viene.
Un buen propósito personal persigue una mejora que te sirve de brújula para muchos más cambios de los que parecen.
Porque Perder X Kilos es una lucha contra la báscula.
Sentirte mejor contigo mismo es una ambición que abarca mucho más que esos kilos que te sobran, es una nueva filosofía de vida, de pensamiento, de acción… que marca un camino mucho más amplio y profundo.
Y, sobre todo, porque es un propósito, es una meta, que te cambiará la vida aunque no la consigas alcanzar del todo, porque te hará ser mejor contigo mismo día tras día. Y cuando mires atrás el año que viene y veas dónde estábas hace un año, sentirás satisfacción.
Adelgazar 10 kilos, por el contrario, es algo que, aunque lo consigas, podrás deshacer en un periquete y no te convertirá ni una mejor o peor versión de ti mismo.
Paso 2: Prioriza
Si haces bien tu trabajo, del paso anterior puedes salir con un montón de objetivos y metas que tendrán un alto impacto en tu vida.
Un error muy común en las listas de propósitos es pretender cambiar TODO a la vez.
Eso, amigo mío, no funciona y solo lleva a un resultado: el desastre. A no hacer nada o a hacer todo medio mal.
Así que coge toda tu lista y, con el conocimiento amplio y único que tieenes de ti y de tu vida, analiza cuál es el propósito más importante de todos, el que más impacto tendrá en tu vida (con el menor esfuerzo posible)
Para no boicotearte a ti mismo (que en eso somos expertos) te recomiendo que dejes fuera de la decisión el coste que tendrá alcanzar ese propósito. No pienses en si tendrás que aprender algo nuevo, dejar un trabajo, una relación, una amistad, o desarrollar habilidades que ahora parecen imposibles.
Limítate a analizar qué meta haría de tu vida algo mucho mejor y ten el valor de avanzar al siguiente paso.
Paso 3: Divide y vencerás
Ahora que ya sabes lo que quieres, lo que tu yo más profundo desea, tienes que trazar un mapa que te ayude a conseguirlo.
Querer «Sentirte mejor contigo mismo» es una buena meta, un buen objetivo, pero no sirve para nada, y menos aún para lograrlo.
Así que, con ese Objetivo Único en mente, ¿qué es lo que necesitarías para lograrlo?
Como el buen ingeniero que soy, llega el momento de subdividir el problema en pequeños trozos que sí sean manejables, específicos, relevantes y a los que puedas poner un marco temporal de ejecución.
Me lo invento:
¿Qué necesito para sentirme mejor? Porque sentirse mejor es algo muy amplio y poco específico.
Puedes sentirte mejor aprendiendo a quererte como eres, trabajando tu mente.
O sentirte mejor por rodearte de personas que te hagan sentir mejor, cambiando tu entorno.
O, como decíamos al principio, mejorar la relación que tienes con tu cuerpo y trabajar por cambiarlo.
Sea lo que sea, te recomiendo que empieces por lo que te resulte más sencillo de todo. Para cumplir con una lista de propósitos, tu cerebro tiene que entender que existen recompensas por esforzarse (recuerda que el cerebro es muy vago). Si empiezas por lo más difícil, lo más seguro es que no lo consigas y abandones.
Está claro que, si quieres sentirte mejor con tu cuerpo, conseguir el físico de Chris Hemsworth o Chris Evans te ayudará. Pero no parece razonable que, si llevas una vida sedentaria, comes mal y no has levantado un peso en tu vida, ese sea tu primer objetivo del año, ¿verdad?
Si tu objetivo es, como me planteé yo hace unos años, escribir un email todos los días para tu lista de suscripción, no te planteas el objetivo de escribir 365 emails de golpe. Empiezas por uno, luego otro, y otro… hasta que se convierte en algo tan fácil como montar en bicicleta.
Aquí te apuntas y las lees tú mismo
Así que, coge ese nuevo subpropósito (sentirte mejor con tu cuerpo) y divídelo en pequeños trocitos.
Pero no trocitos en forma de metas, en forma de kilos perdidos o de visitas al gimnasio. Sino en pequeños cambios prácticos que puedes introducir ya mismo en tu vida y que, aunque sea en un 1%, te ayudarán a conseguirlo.
Porque sí, ir al gimansio 3 veces por semana te podría ayudar, pero si no has pisado un gimnasio en tu vida, ese propósito terminará en una cuota mensual que no vas a utilizar.
Repasa tu vida, repasa tu día, y mira a ver dónde puedes hacer pequeños cambios que te empujen en la dirección que quieres ir. Me lo invento:
- Dejar de usar el ascensor e ir por la escalera.
- No coger el coche para ir a por el pan.
- Salir a caminar todos los días.
- Dejar de comer bollería industrial.
- Comer una pieza de fruta al día
Y cuando ya hayas dominado esta parte, aumenta la intensidad: apúntate al equipo de la oficina, juega a padel con tus vecinos, sal en bicicleta…
Verás que, poco a poco, el objetivo de encontrarte mejor con tu cuerpo se va cumpliendo
Paso 4: cultivar hábitos que impulsan el progreso hacia tus metas
¿Te has fijado en cómo he planteado los objetivos en el paso anterior?
Aunque tu propósito sea leer 30 libros al año, la forma de conseguirlo no es decirte a ti mismo cada mañana «hey, tienes que leer 30 libros, ¿cuántos llevas ya?»
La forma de alcanzar lo que sea que te propongas, es construyendo una lista de hábitos que te ayuden a conseguirlo.
¿Qué es lo mínimo que puedes hacer para leer 30 libros?
Coger el primero, abrir la primera página y leértela.
Así que, en lugar de machacarte con que tienes que leer 30 libros, ¿por qué no te propones leer 10 minutos en todos los desayunos?
Eso son 3650 minutos al año, 60,5 horas o 2 días y medio leyendo. No sé a qué ritmo lees tú, pero con eso ya habrás conseguido leerte un buen puñado de libros.
Si lo que buscas es ampliar tus conocimientos con esos 30 libros, aprender nuevas habilidades, mejorar otras o lo que sea que busques, esas 60 horas van a marcar una gran diferencia.
Cuando ya tengas implantado ese hábito básico de 5 ó 10 minutos al día (dentro de 15, 30 o 60 días de repetirlo), siempre podrás aumentarlo a 15, 20… Y esos 30 libros que querías leer te empezarán a saber a poco.
En definitiva: deja de construir listas de propósitos vacíos, con las mismas tonterías que llevas escribiendo cada año y que no cumples, iguales a los que hace todo el mundo y que nadie cumple, y empieza a trabajar para convertirte en una mejor versión de ti mismo.
Si lo haces así, poco a poco y con un objetivo tan positivo en mente, verás que en un año puedes lograr más de lo que llevas logrando en la última década.
¿No te lo crees? Echa un vistazo a este vídeo, uno de los que más orgulloso me hacen sentir. Verás todo lo que puedes conseguir cuando tienes un sistema adecuado para hacerlo.
Incluso levantarte a las 6 de la mañana cuando lo tuyo es acostarte todos los días de madrugada.