Una marca personal no es lo que te han contado.
Lo que pasa es que el marketing y los negocios han pervertido el concepto hasta hacerlo irreconocible.
Cuando hablamos de marca personal parece que hablamos de algo que afecta solo a nuestro exterior (riqueza, autoridad, audiencia, estatus…), que nos beneficia desde un punto de vista económico y ajeno a nosotros. Pero una marca personal, una buena marca personal, es algo que, en primer lugar, nos beneficia a nosotros como personas.
¿Qué es la Marca Personal?
Marca personal no es la forma en la que otros te perciben, sino la forma en la que tú mismo te percibes.
Marca personal es el concepto que engloba aquello que te hace único, junto con tus objetivos más personales.
Marca personal es quién eres, quién quieres ser y todo lo que haces para conseguirlo.
Cuando lo tienes claro, cuando lo entiendes, tu entorno reacciona a tu energía, a tu buen hacer y te empieza a reconocer como lo que eres. Porque una marca personal se construye sobre 5 pilares diferentes, de los cuales el marketing y el dinero son solo el cuarto y el quinto.
Una marca personal NO es solo un recurso de marketing para llamar más la atención. Marca personal es lo que tú eres y quieres ser, trasladado hacia los demás.
Marca personal es quién eres, quién quieres ser y todo lo que haces para conseguirlo.
Tómate un respiro
Cada día mando un email que te enseña a explotar lo que llevas dentro para que vivas igual de satisfecho el lunes por la mañana que el viernes por la tarde:
¿Qué NO es la Marca Personal?
El problema del concepto actual de Marca Personal es que se olvida del interior y se concentra solo en el exterior: en cómo vas a actuar para que los demás te perciban, para destacar, para llamar la atención y para monetizar lo que eres.
Cualquier guía de marca personal se centra en públicos objetivo, canales, imágenes corporativas, mensajes y acciones para llegar a una audiencia, aumentar tu autoridad y monetizarla.
Y eso no es marca personal o, mejor dicho, es solo la parte tangible, la parte económica, la parte visible de una marca personal.
Es solo la parte externa de una buena marca personal. Y una marca personal nunca será buena, nunca llegará a donde llegan las verdaderas marcas personales, si el punto de origen no es lo que tú quieres.
Si no la construyes en el para qué de tu vida, con el qué quieres hacer y transmitir y sin saber cómo, el resto de preguntas (con quién y con qué rentabilidad) no necesitan respuesta.
Porque una marca personal nace de lo que tú quieres, no de lo que quieren los demás. Es definir quién eres, qué te motiva, cuál es tu pasión, por qué quieres luchar y cómo vas a ser mejor y a disfrutar más de tus propias metas y objetivos.
Y entonces, solo entonces, como consecuencia directa de tu propio compromiso con esa marca personal que te define, llegarán los éxitos de audiencia, autoridad y dinero. Como una consecuencia de tu desarrollo personal, de tu trabajo interior, de tu marca personal, no como su objetivo último.
Lo que ahora el marketing define como marca personal es solo la huella visible que deja lo que en realidad es tu marca personal.
Y eso es lo más difícil de trabajar y por lo que muchos mentorados llegan a mí.
¿Por qué es importante tener una marca personal?
Toda la gente que conozco y ha triunfado, todos los empresarios, emprendedores y personas de cualquier ámbito que han logrado algo significativo en sus vidas, tienen algo en común. No es la audiencia que les escucha, no son sus clientes, no es el dinero que reciben, no son números o cifras en las que puedes medir su vida.
Es que han encontrado su pasión, trabajan en algo que disfrutan y su mensaje, su forma de hacer las cosas, es genuino y sincero.
Son personas cuya motivación no es hacer lo que hacen por dinero o fama (aunque la hayan conseguido), es hacerlo porque así mejoran cada día, porque así se acercan a lograr sus propios objetivos vitales y, como extra, así lo comunican hacia su exterior.
Disfrutar de lo que hacen y querer ser mejores poco a poco es lo que se ha convertido en su Marca Personal, es lo que hace que ahora los reconozcan por la calle, den charlas al respecto o ingresen mucho dinero.
Y eso, amigo lector, lo puede hacer cualquiera.
No solo un experto en ventas, un empresario de éxito o un deportista de élite.
Lo puedes hacer tú, lo puedo hacer yo, lo puede hacer el frutero de la esquina o el tipo que lleva haciendo jamones desde que tenía quince años.
Qué esperar de una marca personal
Al final, cuando haces lo que te gusta, lo que se te da bien y lo que disfrutas, te das cuenta de que no estás trabajando por un resultado ajeno a ti (dinero, reconocimiento…), sino que lo estás haciendo por ti.
Si, además, lo haces con la intención de obtener algún beneficio de lo que ya disfrutas, encontrar nuevas oportunidades vitales, profesionales e incluso económicas es de lo más natural.
Yo empecé a construir mi marca personal en 2014, sin saber que eso que hacía era una marca personal.
Poco a poco, esa marca empezó a traer dinero a mi mesa. Primero en forma de productos o servicios y luego en forma de asesoramiento y consejos.
A día de hoy, mientras escribo esto, mi fuente principal de ingresos es mi marca personal, y lo lleva siendo ya muchos años.
Ese disfrute personal, ese saber hacer y esa pequeña fuente de ingresos se han convertido en un Sueldo, con mayúsculas. Y ese sueldo completa el círculo para vivir una vida plena: hago lo que disfruto, lo que quiero, lo que se me da bien y me gano la vida con ello.
Así que la pregunta es: ¿qué es lo que tú más disfrutas?