Hay dos formas de enfrentarse a esta pregunta.
Una sería a través de todos aquellos que han visto su negocio peligrar por tener redes sociales y no tener página web.
La otra es a través de aquellos que han escalado el modelo de negocio de su página web gracias a las redes sociales.
Analicemos cada una.
Riesgos de no tener web y sí tener redes sociales
Te lo voy a poner fácil.
¿Quién crees que es el dueño de tu flamante cuenta de Instagram o de TikTok?
¿O de tu cuenta de Twitter, Facebook o cualquier red social habida y por haber?
Si de verdad crees que tú eres el dueño de tu perfil en esa red social, vamos a enfocarlo desde otro ángulo.
¿Quién puede modificar los términos y condiciones del servicio de esa red social?
Tú no.
¿Quién puede cerrar tu cuenta por motivos inexplicables o denuncias de competidores envidiosos?
Tú tampoco.
¿Quién puede cambiar el porcentaje de beneficios que obtienes de esa red o bloquear campañas ya pagadas?
Tú tienes cierto control en lo segundo, no en lo primero. Twitch, YouTube…, casi todas las redes modifican los porcentajes de beneficio de sus usuarios cuando les interesa. Y nunca para beneficiarte a ti.
Es la red social la que tiene el control absoluto de tu cuenta, tu contenido y tus seguidores. Tú solo eres un usuario más que ayuda a la empresa a conseguir lo que busca: retener a los usuarios consumiendo el contenido que generas.
No voy a hacer una lista de los profesionales, empresas y clientes que han sufrido el cierre arbitrario de un canal en redes sociales que generaba miles de euros, aunque debes ser consciente de que existen y, una vez cerrada la cuenta, es muy difícil conseguir reabrirla.
En cambio…
Beneficios de tener una web y no redes sociales
Una página web es y siempre será de tu propiedad.
Sí, necesitas hacer un buen SEO y convencer al buscador de que tu contenido es relevante, pero hay una máxima que siempre se cumple: el contenido de calidad siempre encuentra una audiencia.
Nadie puede alterar, modificar o eliminar el contenido de tu página web sin que tú lo permitas.
Y el único porcentaje de tus beneficios que tendrás que ceder es aquel que se quede en la pasarela de pago que utilices. Y hablamos de un 1-3%, no de un 40 ó un 50% como en algunas redes sociales.
Si a eso le añades una buena estrategia que convierta la experiencia de tus usuarios en ventas…, todo hecho, ¿no?
Desventajas de tener web y NO tener redes sociales
Aclarado el hecho de que tener página web es requisito indispensable para tener éxito, nos queda la siguiente pregunta.
¿Creo perfiles sociales para mi web?
Y donde ponemos «crear perfiles sociales» nos referimos a crearlos y mantenerlos como es debido.
Con contenido original, optimizado para esa red social, una periodicidad de publicación y una involucración real en la red. No nos referimos a crear el mismo contenido en todas las redes, dando igual dónde se te siga.
Aclarado esto también, ¿qué te pierdes por no tener redes sociales?
Un altavoz increíble, una herramienta de captación masiva con capacidad para atraer a cientos de miles de usuarios hacia ti y tu empresa.
Eso sí, siempre y cuando tu estrategia termine en tu página web, que es donde tienes el control absoluto.
Un negocio que sepa sacar partido a sus redes sociales, es un negocio que multiplica su alcance y sus ventas por mucho.
Pero…
Beneficios de no tener redes sociales
Ninguno, desde un punto de vista de estrategia de negocio.
Desde un punto de operativa, el único beneficio que tienes es que no necesitas disponer de recursos (humanos, materiales, económicos) para mantener tus cuentas en redes sociales.
Otra cosa es que hablemos de los beneficios personales de no usar las redes sociales, pero eso te lo cuento en el newsletter:
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Entonces, ¿necesito página web o redes sociales?
Si puedes hacerlo bien, ten ambas.
Si no tienes capacidad, tiempo, ganas o presupuesto para mantenerlas, entonces nuestra recomendación y la experiencia de nuestros clientes es que empieces siempre por una página web.
Por pequeña que sea.
Por sencilla que sea.
El objetivo es que el final de tu embudo de captación, de ventas, sea de tu única y exclusiva propiedad.
Y las redes sociales, por desgracia, no son tuyas.